El engaño de la mentalidad de tiburón

Ya no tengo más ganas de ser pobre, me aburrí y me cansé de serlo. Voy a leerme uno de esos libros o acudir a una de esas conferencias para cambiar mi mentalidad y hacerme millonario. Obvio que deben de ser ciertas todas esas cosas que dicen porque el mundo está lleno de personas millonarias, ricas y poderosas, que en un principio fueron pobres. Como Steve Jobs que en el garaje de la casa empezó el imperio de Apple, o el sudafricano Elon Musk que, con mucho esfuerzo siendo migrante en Estados Unidos, logró crear sus empresas multimillonarias.

¿El pobre es pobre porque quiere?

Un concepto popular es el de “meritocracia”, lo escuchamos en las empresas, los medios de comunicación, la política y hasta en la religión, en donde este concepto viene a ser una especie de criterio para valorar quién anda en la línea correcta y quién no.

¿Existe mi otra mitad?

Es común escuchar cosas como: “desde el momento que lo conocí supe que eramos el uno para el otro”. El broche es la famosa canción de la mexicana, Fey: “tú mi complemento, mi media naranja. Yo te quiero sin cruzar palabra, si esto no es un sueño, eres mi otra mitad”.

El humor, la filosofía y lo político

“Tengo muy mala suerte en el amor, he buscado novio en la universidad, en Tinder… hasta con los Ubers… y jamás encuentro nada”. Este es un ejemplo de un chiste construido con una estructura humorística llamada regla de 3, en donde se dicen 2 cosas obvias y una que se sale de la norma.

¿Cómo es tener novio en Guatemala (siendo hombre)?

En Guatemala vivimos una cultura machista y heteronormada como en cualquier país del mundo. Es decir, desde que un bebé masculino está en la etapa de gestación dentro del vientre de su madre, los padres comienzan a crearle una identidad que para ellos es la mejor.