Un grupo de WhatsApp salvó a una mujer de la violencia machista

La organización de vecinos y vecinas en un chat de WhatsApp salvó a Lucía*, una joven víctima de violencia machista. Entre todas las personas del chat acordaron llamar a la policía e ir al apartamento para detener la agresión. Hoy Lucía no está sola y su agresor será investigado por el delito de violencia contra la mujer.

La mayoría de personas en el chat de vecinos y vecinas de los Apartamentos Mixco (AMI) ha compartido un saludo en el elevador, le ha abierto la puerta a otra persona o ha intercambiado alguna queja en los pasillos. Pero en realidad no se conocen.

Las pocas veces que se activa el chat de WhatsApp es para alertar sobre algo extraordinario, como un temblor. “¿Está temblando?”, “¡Temblor!”, “¿Todos bien?”.

Las alertas se encendieron en el chat el 21 de agosto de 2023. No por un temblor, sino por los gritos de una vecina de un apartamento del nivel 5.

Los gritos de Lucía, de 26 años, se oían desde la calle principal que da al edificio, ubicado a 4.5 kilómetros de la Municipalidad de Mixco, un municipio de Guatemala.

Eran cerca de las 10:00 de la noche. Allí, un vecino grabó un video, retratando una clara escena de violencia machista. El hombre —que luego se supo es un miembro de la Fuerza Aérea Guatemalteca (FAG)— golpeaba a la mujer, que gritaba y lloraba.

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De la organización a la justicia

Los vecinos y vecinas vieron el video. El grupo se llenó rápidamente de mensajes hablando sobre llamar a la policía, los bomberos y el Ministerio Público (MP). Y así lo hicieron.

Ignorar los gritos de Lucía no fue una opción. Estaban frente a un delito: violencia contra la mujer, que se castiga con prisión de entre cinco y doce años.

“Los vecinos —aproximadamente, ocho personas entre hombres y mujeres—, al ver y escuchar esos gritos de angustia y dolor, corrieron —rápido y sin pensarlo— al apartamento de Lucía para intervenir”, cuenta Karen*, una de las vecinas.

Más tarde, la Policía llegó al lugar y arrestó a Kenneth Benjhamin Hoffens Arias, quien será investigado por violencia contra la mujer en su manifestación física.

Mientras tanto, Lucía recibió atención médica por órdenes del MP. En la institución existe un modelo de atención especial para este tipo de casos tan comunes en Guatemala —en lo que va del año, 11 mil 614 mujeres adultas han denunciado ser golpeadas por un hombre—.

Todo esto, probablemente no habría sucedido sin la ayuda de los vecinos y vecinas.

Un asunto público

Hoffens Arias sigue activo en el Ejército de Guatemala. La institución considera que “es una situación personal que él deberá solventar de manera individual ante el ente respectivo”. Sin embargo, la violencia contra las mujeres no es un asunto privado o exclusivo entre la víctima y el agresor.

“La violencia contra la mujer es política porque tiene que ir dentro del presupuesto del país, tiene que haber negociaciones y normativas para erradicarla. Es un asunto político porque incluso tiene que ir dentro de la política de Estado. Al final nos afecta como sociedad”, explica Claudia Hernández, directora de una fundación que atiende casos de víctimas de violencia (Fundación Sobrevivientes).

Agrega que un solo caso de violencia machista puede implicar que la víctima ingrese al sistema público de salud y que su caso sea parte de los tantos pendientes por resolver en el sistema de justicia. La violencia machista es un tema público.

Hernández resalta que, además de las políticas de Estado, también es necesario que las colonias privadas, apartamentos o residenciales tengan políticas internas para manejar estos casos.

Al ser consultada, la Asociación Civil de Propietarios de AMI aseguró que ya existe una política de cero tolerancia a la violencia de género. Kenneth Hoffens Arias fue multado y se está analizando la suspensión temporal de su derecho de residencia, mientras se completa la investigación. De ser así, se le nombraría como persona “non grata” en el proyecto inmobiliario.

También se implementarán programas de capacitación y sensibilización para las personas residentes y el personal trabajador, además de un canal de denuncia confidencial.

“Es importante no seguirlo viendo como un problema que solo se puede resolver entre pareja. Cuando las personas intervienen, las víctimas saben que no están solas y el agresor sabe que ya no puede seguir agrediendo porque va a tener repercusiones. No significa que no lo van a hacer, pero sí reduce la posibilidad”, dice Claudia Hernández.

La línea 1572 es exclusiva para recibir denuncias de mujeres víctimas de violencia.

*Nombre modificado por razones de seguridad.

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