Duay Martínez no es un gran orador, ni el centro de atención cuando se encienden las cámaras. Los demás candidatos van al frente de la tarima y bailan para ganar el protagonismo. Él, en cambio, se queda a un lado, sostiene el micrófono, observa a sus compañeros, se sonroja y ríe. Lo suyo no es la popularidad.
“Yo no soy conocido. En el Congreso paso muy desapercibido. Conozco muy bien lo técnico y trato de mantener un perfil político bajo para no tener desgaste”, reconoce. En política, tener el perfíl bajo no es sinónimo de falta de poder e influencia.
Si algo destaca en su oficina es un gran alto relieve, tallado en madera, del escudo de armas de Guatemala. Un obsequio que le regaló Allan Rodríguez, siendo presidente del Congreso, como símbolo de “amistad, respeto y admiración”.
En 2020 y 2021 fue presidente de la Comisión de Finanzas del Congreso, una de las más disputadas por las y los diputados por ser donde se discute el presupuesto del país y la aprobación de préstamos. En 2022 también fue elegido para representar al Congreso ante la Junta Monetaria y la Junta Directiva del IGSS —renunció a este cargo en enero de 2023—.
“Nada de lo que he tenido lo he pedido, me asignaron”, asegura. Tan desapercibido no pasa, después de todo.
El sueño real del diputado, de actualmente 40 años, es ser Presidente de la República, pero su meta inmediata es repetir en el Congreso y ocupar uno de los 7 escaños que representan a Quetzaltenango.
El amigo de Giammattei que esperó su oportunidad
Para entender el ascenso de Duay Martínez es necesario repasar su relación de confianza con el presidente Alejandro Giammattei.
Ambos se conocieron durante la campaña de 2006, hace 17 años. Duay Martínez era entonces un joven de 23 años que incursionó en política partidaria luego de un breve paso por la política estudiantil de la USAC. Giammattei venía de ser director de Presidios y era candidato a la presidencia por el extinto partido GANA.
Pese a la derrota de Giammattei en las urnas, Duay Martínez siguió trabajando con él. Incluso recuerda que quisieron formar un partido llamado “Barrilete”, pero los intentos fracasaron porque no consiguieron los fondos económicos necesarios.
“Yo hablé con él, le dije que yo sí lo apoyaría para ser presidente, pero primero tenía que solucionar mi vida”, recuerda.
Duay Martínez nació en la finca El Perú del municipio de El Tumbador, San Marcos. Sus padres eran campesinos y migraron a Estados Unidos cuando su quinto hijo, Duay, tenía 7 años.
“Quien a los ojos de mis papás tomó una decisión no muy buena fui yo. Tienen la idea de que los políticos son los culpables de que ellos se hayan tenido que ir porque no hay condiciones adecuadas para vivir. Fueron los más difíciles de convencer”, apunta.
Más adelante se mudó junto con sus hermanos a la colonia Trigales, en la zona 7 de la ciudad de Quetzaltenango. Allí vivió hasta que pudo “solucionar su vida” y permitirse cosas como financiar una campaña política.
¿Cómo lo logró? Según él, fue gracias a dos negocios.
Primero, el sector inmobiliario: “Los bienes raíces son lo mejor que hay si tú quieres crecer económicamente. Compras algo que vale Q100 mil, le arreglas algo y vale Q500 mil, explica.
El segundo, la asesoría de alcaldes y gobernadores. “Soy muy bueno haciendo negocios, entonces me dediqué a ser asesor y consultor. Soy mejor asesor que candidato. Es mejor asesorar a los que están en funciones; lo que no ganás del primer gobierno asesorando a alguien, lo recuperas al segundo cuando tienen problemas”, opina.
De la fiesta a las protestas
Diversas fuentes en el círculo del partido coinciden en que si hubo un momento que selló la relación de confianza entre el presidente y el diputado, fue la fiesta de recibimiento a Giammattei tras salir de prisión en 2011.
Duay Martinez no recuerda la ubicación exacta, pero retrata que era una reunión espontánea de políticos cercanos, funcionarios de gobierno y, en general, amigos del exdirector de presidios que entonces estaba acusado de haber cometido ejecuciones extrajudiciales.
“Ellos (Hugo Hemmerling y Ewald Schell, exdiputados de GANA) estaban fundando Líder y me habían invitado a ir a una reunión a Guatemala. Yo voy en el carro de ellos a esperarlo y había mucha gente que era del gobierno de aquel entonces, más amigos de él porque yo tenía mucho tiempo de no verlo. Me favoreció la coincidencia del momento”, resume.
Duay Martínez y Giammattei volvieron a coincidir en 2016 con la intención de formar el partido Vamos. Martinez comenzaba a trabajar en la Contraloría General de Cuentas, tenía estabilidad económica, un título universitario, estructuras en Quetzaltenango y, sobre todo, la confianza del doctor.
Fue esa confianza tanto con Giammattei como con Allan Rodríguez, la que le permitió dirigir una comisión tan vital para el gobierno como la Comisión de Finanzas del Congreso.
“El que controla las finanzas en el gobierno controla la administración pública. Al final todo tiene que ver con recursos”, comenta Duay Martínez. Bajo esa misma lectura él fue un alfil para Giammattei en el primer año de gobierno.
Diputados opositores como Samuel Pérez, de la bancada Semilla, reconocen que la presidencia de Martínez en la comisión fue un poco más democrática de lo esperado, salvo en la aprobación del presupuesto de 2021.
“Hizo dos meses de audiencias, pero el día del dictamen del presupuesto, donde ya se tenía que discutir si le aumentábamos o disminuíamos a ciertos ministerios, él ya llevaba el dictamen hecho. No lo leyó, sólo pasó una aplanadora allí y esa misma noche lo pasaron al Congreso para aprobación de urgencia nacional”, señala.
Aquel presupuesto, aprobado de prisa y con 115 votos, ocasionó una crisis política para el gobierno. El rechazo de la población desató una ola de protestas cuyo punto más alto fue la quema del Congreso el 21 de septiembre de 2020. La presión de la población obligó a los diputados a dar marcha atrás.
Además de los presupuestos de 2020 y 2021, durante la presidencia de Duay en la Comisión de Finanzas, se discutieron y aprobaron dos préstamos por US$450 millones para atender la crisis del COVID-19 y otro de US$300 millones para fortalecer el sector justicia.
Para el diputado, el trabajo fue bueno pero mal comunicado. Ese mismo es el criterio con el que responde a cuáles fueron los errores del actual Congreso y gobierno.
“En el Congreso y el gobierno la comunicación es terrible. Si quieres aprobar una ley antes la tienes que socializar. Debería ir a explicarla el que mejor la entienda, en cambio aprueban las leyes y ni los diputados las saben explicar. El error del Congreso y el Gobierno en ese momento fue no saber explicar porque las decisiones que tomaron eran correctas”, sostiene.
Duay asegura que el tiempo le dará la razón al gobierno de Giammattei. Esta percepción es lejana a la de la ciudadanía, cuya aceptación del Presidente ha sido de los peores evaluados en las encuestas, colocándolo incluso por debajo de Daniel Ortega, de Nicaragua; y Nicolás Maduro, de Venezuela.
El reto de ocupar el vacío de poder en Xela
Otro factor que explica sus posibilidades de reelección en un distrito importante como Quetzaltenango, es el vacío de poder que quedó tras el terremoto político de 2015.
Las investigaciones de la extinta CICIG provocaron un recambio en el tablero político y Quetzaltenango no fue la excepción. Los viejos políticos, los caciques tradicionales que controlaban el distrito, fueron perdiendo sus espacios:
- Armando Paniagua, quien había sido diputado, secretario departamental y director de FONAPAZ perdió la lucha por la alcaldía aquel año.
- Jorge “Mito” Barrientos, quien fue alcalde de Xela por 12 años, perdió la reelección y fue ligado a proceso por 6 delitos.
- El fallecido Leonel Soto Arango, quien llevaba 28 años representando el distrito, tampoco consiguió su continuidad.
Ninguno de los 7 diputados por Xela que entraron en 2015 lograron ocupar el vacío de poder local a tal punto que ninguno logró repetir en el cargo.
Duay Martínez no tiene ni el protagonismo local, la trayectoria o las estructuras de poder de quienes controlaban el distrito. Eso sí, su bajo perfil tampoco le ha evitado señalamientos y críticas que trascienden a su trabajo como diputado.
En septiembre de 2020 diputados de la UNE citaron al segundo registrador de la Propiedad, Juan José Muñoz, para cuestionarlo por la contratación dentro de la institución, de Verena Martínez, hermana del diputado, como asistente del registrador sustituto. Para los congresistas se trataba de un acto de nepotismo.
El diputado niega haber influido en la contratación. “Por la cercanía de Quetzaltenango creo que estaba allí y llevaba muchísimo tiempo. Mi hermana no necesita que la defienda, aparte no fue contratada ilegalmente. Después renunció y ahora trabaja en la Contraloría”, agrega.
Casi tres años después se ha difundido también un audio en el que el actual segundo registrador, Walter Alvarado, el secretario departamental de Vamos, Erick Chang, y el diputado Duay Martínez, supuestamente negocian plazas. Dos de los tres sindicatos del Registro de la Propiedad acusan al diputado por estas acciones.
En el audio Duay Martínez dice que debe cumplirle a mucha gente: “Yo necesito que ustedes me digan con lo que contamos en el Registro, son 29 espacios de esta naturaleza, porque el que tiene compromisos soy yo, ninguno más que yo, yo ya sé a quién le voy dando”.
El diputado argumenta que el audio es una edición de distintas audiencias públicas y que la denuncia de Miguel Valle Sáenz, uno de los líderes sindicales, es política: “Todo ese sindicato es una planilla de diputados. El que pone la denuncia es también de una organización política fuera del registro”.
Miguel Valle es simpatizante del partido CABAL, pero hasta la fecha no ha sido inscrito en ninguna planilla.
Por ahora, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) registra a 85 candidatos a diputados para el departamento de Quetzaltenango. Entre ellos, 5 buscan su reelección.
Duay Martinez confía en que logrará con Vamos esta primera meta y tiene 2 razones principales para creerlo. Primero, tiene en su favor el encabezar —otra vez— la lista de candidatos del partido oficialista. Luego, confía en las estructuras ediles. Vamos inscribió planillas municipales para 23 de los 24 municipios. Es el único partido en el distrito con ese despliegue territorial.
Esta investigación forma parte del proyecto “Cuadrante Electoral”, -en el que participan Agencia Ocote, ConCriterio, Factor 4, Ojoconmipisto y Quorum; bajo la coordinación de Laboratorio de Medios-, centrado en las elecciones legislativas de Guatemala, 2023.