Un nuevo diputado de Semilla: entre la muerte de un hijo y la migración

Orlando Pérez, diputado electo por Quetzaltenango. Foto: Herbert Woltke.
Orlando Pérez, diputado electo por Quetzaltenango. Foto: Herbert Woltke.

El único diputado electo por Semilla que representará a Quetzaltenango cuenta, desde su experiencia, cómo la falta de hospitales accesibles le habría costado la vida a su hijo, su historia de desintegración familiar por la migración y las dificultades de ser un emprendedor. También, desde Quorum, se le cuestionó sobre un comentario homofóbico, el financiamiento de su campaña y una traición dentro de su partido. Todo está en esta entrevista.

La Gran Sala Efraín Recinos del Teatro Nacional tiene 2 mil 048 butacas. Una de ellas es para Orlando Pérez. Es el 1 de agosto de 2023. Los diputados electos para el periodo 2024-2028 del Congreso y del Parlamento Centroamericano (Parlacen) están ahí para recibir sus credenciales. El bloque del Movimiento Semilla está presente, incluyendo a Orlando.

Para llegar hasta la zona 1 de la Ciudad de Guatemala, Orlando Pérez viajó 225 kilómetros desde Palestina de Los Altos, Quetzaltenango, en el carro prestado de un amigo, y su esposa lo acompañó durante las cinco horas del recorrido.

Es el primer diputado de Semilla electo en el distrito de Quetzaltenango, gracias a 24 mil votos. En julio de este año cumplió 31 años y ha sido parte de la organización desde hace seis, cuando el Movimiento Semilla todavía estaba en vías de ser inscrito como partido político. Ahora, además de ser diputado electo, es secretario general adjunto del Comité Ejecutivo Departamental de Quetzaltenango.

Cuénteme sobre sus orígenes en Palestina de Los Altos.

Nací el 1 de julio de 1992 en el caserío Los Marroquín. Está en la aldea San José Buena Vista, del municipio de Palestina de Los Altos. Es el municipio más joven de Quetzaltenango —el territorio solía ser un cantón de San Juan Ostuncalco, hasta que en 1993 se independizó para convertirse en el 24° municipio de Quetzaltenango—.

Yo pude nacder con la ayuda de una comadrona. Soy maya mam y cristiano católico. Me mudé en 2019 al centro de San José Buena Vista y dos años después me casé.

¿Tiene hijos o hijas?

Tuvimos uno, pero falleció a los dos días de nacido. En ese momento me molesté más con el sistema de salud porque no tenía el dinero suficiente para llevarlo a un hospital privado. En Palestina no hay hospitales y no se me ocurrió ir a Xela. Me fui a San Marcos y ese mismo día llegamos al hospital, y dieron de alta a mi esposa y a mi bebé.

Los médicos dijeron que estaban estables, así que volvimos a la casa. Y ya como a las 11 de la noche el bebé se puso bien moradito. Lo llevé otra vez al hospital y argumentaron que fue muerte de cuna, pero, la verdad, no sabemos qué pasó.

Ahora mi esposa está embarazada. Lleva un poquito más de cuatro meses.

En Quetzaltenango sólo hay tres hospitales. Dos en la ciudad de Quetzaltenango y uno en Coatepeque. En Palestina de Los Altos hay un centro de salud y tres puestos de salud. Si una persona tiene una emergencia médica, debe escoger entre viajar una hora hacia el Hospital Regional de Occidente (Quetzaltenango) o 48 minutos hacia el Hospital Nacional de San Marcos.

Imagen de archivo de un centro de atención permanente en Palestina de los Altos. Foto: AECID
Imagen de archivo de un centro de atención permanente en Palestina de los Altos. Foto: AECID

¿Qué estudios tiene?

Estudié la primaria en escuelas públicas rurales y el bachillerato en el Instituto Normal para Varones de Occidente (INVO). También estudié Ingeniería en Sistemas en la Universidad de Mesoamericana de Quetzaltenango y Licenciatura en la Enseñanza de la Informática en la Universidad Galileo.

En ambos cerré el pensum en 2016, pero en 2017 me involucré en política. Eso me absorbió todo el tiempo.

En Quetzaltenango no todos los jóvenes pueden aspirar a emprender un negocio o recibir una educación de calidad. Con base en el último censo (2018), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), estimó que el fracaso escolar a nivel básico en Quetzaltenango es del 34%, mientras que en diversificado es del 22%. Además, el estudio determinó que Palestina de Los Altos es uno de los nueve municipios de Quetzaltenango con riesgo medio de trabajo infantil.

¿Cómo logró emprender un negocio como el suyo, en un municipio donde pocas personas tienen la oportunidad de hacerlo?

Ha sido muy difícil hacer crecer el pequeño negocio porque las tasas de créditos son muy altas. Puede ser de hasta el 30%, dependiendo del tipo de crédito. Además los bancos piden que la persona tenga una propiedad a su nombre.

Mis papás me dejaron una herencia a la orilla de la carretera Interamericana que conduce a San Marcos. La tierra es bien valorada allí, lo cual me ayudó para solicitar un crédito. Presenté mi escritura como garantía y ahorita me han estado cobrando el 15% de interés anual, que es más o menos accesible a comparación de un 30%.

¿Sus ingresos dependen únicamente de la empresa SISTEIN?

No. También desarrollo software como freelance, en línea. Tengo un pequeño canal en Youtube con videotutoriales. Al mes no me cae mucho, pero son $100 dólares, más o menos. Ahorita no he alimentado el canal, pero los jóvenes siguen comprando los videos a un costo de $30 o $35.

Desde 2016 hasta 2020 ha tenido contratos con las municipalidades de Zunil y Palestina, que suman Q71,602.00: ¿Proveer servicios a las municipalidades significa avalar el trabajo del concejo municipal?, ¿proveer servicios a las municipalidades no pone en duda su lucha contra la corrupción y la transparencia?

No necesariamente. Esos fueron servicios muy básicos. En Palestina brindaba servicios de mantenimiento. De hecho, en la contienda pasada el TSE bloqueó mi inscripción porque supuestamente seguía siendo contratista del Estado por una factura que no pasaba de los Q8 mil. Ya no continué prestando servicios porque el alcalde no quiso.

Al final son servicios de Q2 mil o Q3 mil. Ahora si fueran contratos mayores, sí. Yo en lo personal, presento ofertas y si les parece, bueno. Si no, pues no hay problema. Para eso está el sistema de Guatecompras.

Palestina de Los Altos está ubicado a 33 kilómetros de la cabecera de Quetzaltenango. La vía principal para llegar al municipio es a través de la Carretera Interamericana, hecha de asfalto. Mientras que, para trasladarse de aldea a aldea las personas atraviesan carreteras de terracería, caminos empedrados y veredas.

Imagen satelital de Palestina de Los Altos. Foto: Google Earth

Es un municipio pequeño, con aproximadamente 21 mil habitantes. No todas las personas permanecen allí durante toda su vida. Según el análisis de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la mayoría de personas guatemaltecas que migran hacia Estados Unidos son del occidente. La tasa de personas retornadas por cada 100 mil habitantes es de 2,430 en Palestina de Los Altos —la tasa nacional es de 547—.

¿Cuáles son las condiciones en Quetzaltenango que obligan a la población a migrar? ¿Qué experiencias cercanas tiene con la migración?

Voy a hablar de mi familia. Somos nueve hermanos, yo soy el quinto. Seis de ellos están en Estados Unidos. Ellos migraron entre los 17 y 20 años de edad. Incluso una hermana ya lleva 15 años allá y no piensa regresar a Guatemala.

Mis hermanos migraron por necesidad, porque el dinero no alcanza. En la parte costera de Quetzaltenango —Génova, Coatepeque, Flores Costa Cuca— la mano de obra es muy mal pagada. Al día pagan Q20 la jornada por cortar café o limones, mientras que en Palestina el promedio es de Q100 diarios, sin embargo, no alcanza.

En mi caso, como daba clases en tres institutos, pude sacar un pequeño crédito. Pero muchos no tienen esa oportunidad. Aparte, los bancos no le dan Q50 mil a un campesino así nomás.

Tengo muchísimos amigos que son licenciados en Pedagogía y nunca han tenido la oportunidad de ejercer la profesión. Ahora están en Estados Unidos y viven muchísimo mejor que uno porque ellos ganan en dólares.

A nivel departamental, ¿cuáles son las 5 problemáticas que usted va a atender urgentemente desde el Congreso?

Primero, la corrupción en todas las instituciones públicas. Principalmente en las municipalidades porque nuestro trabajo —como diputados y diputadas— es fiscalizar.

Segundo, la inseguridad. En el municipio de Colomba, durante la campaña, vi que muchísima gente lloraba porque los mareros —pandilleros— literalmente la llegan a sacar de sus casas. Necesitamos que los niños vayan a la escuela y regresen seguros.

Tercero, la migración. Eso ha traído como consecuencia la desintegración familiar. Los jóvenes crean grupos para distraerse porque en la mayoría de los casos ninguno de los papás están con ellos. Viven solos o viven con la abuela, y eso hace que ellos se junten con otros jóvenes y creen su grupito de maras

Cuarto, las carreteras. Duay Martínez —diputado reelecto en Quetzaltenango por el partido Vamos— se ha encargado de hacer pedazos las carreteras, de robarse todo su presupuesto. Hay carreteras principales que llevan dos años supuestamente en recapeo y hasta la fecha no terminan. Por ejemplo, la carretera que va desde San Juan Ostuncalco a Coatepeque y otro recapeo de San Martín Sacatepéquez a Colomba.

Y también la salud y la educación serán problemáticas en las que nos enfoquemos.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los problemas que aquejan mayormente a Quetzaltenango son el mal ordenamiento territorial, el mal manejo del agua potable, la falta de infraestructura vial, el mal manejo de la basura. Ese diagnóstico fue arrojado en el año 2014 y hasta la fecha poco o nada ha mejorado en el territorio.

¿Qué leyes impulsará para aliviar esos cuatro problemas en Quetzaltenango?

Lo que pasa es que las municipalidades no crean planes de ordenamiento territorial (POT) enfocados en sus municipios. Ninguna municipalidad tiene una planta de tratamiento de aguas residuales y ya deberían tenerlas, desde el gobierno de Álvaro Colom (2008-2012).

En el Movimiento Semilla tenemos una agenda con 29 iniciativas de ley, pero yo ya me estoy sentando con organizaciones, colectivos, cocodes —consejos comunitarios de desarrollo urbano y rural— y sociedad civil para que en conjunto construyamos una iniciativa de ley que beneficie a cada sector.

En los últimos dos años, en los presupuestos de la nación se le asignó un aporte a los centros de asistencia de mujeres víctimas de violencia, conocidos como CAIMUS, pero un año el dinero no llegó y el otro llegó tarde.

Orlando Pérez. Foto: Jeanelly Vásquez

¿Se compromete a hacer presión en el Congreso para que en los presupuestos se incluya al CAIMUS de Quetzaltenango y que ese dinero sí llegue?

OP: Sí, definitivamente me comprometo. Mi compromiso es con el pueblo en general, con la niñez, con la juventud, con el adulto mayor, con las mujeres. No con el CACIF, con los burgueses, no con constructoras, ni oportunistas.

Antes de ingresar al Movimiento Semilla, Orlando Pérez fue integrante de los cocodes de Los Marroquín (2017-2019) y San José Buena Vista (2019-2023). Sin embargo, consideró que la manera más efectiva de impulsar cambios en su comunidad sería como funcionario público.

“Estando en el Cocode me di cuenta que tampoco podía ser mayor cosa y tampoco tengo una economía tan fuerte para apoyar a alguien que no tenga casa, por ejemplo. Entonces pensé que era mejor poder incidir en la toma de decisiones desde un consejo municipal de una alcaldía o en el Congreso”, contó para esta entrevista.

En el 2019, Orlando Pérez no logró ser inscrito como candidato a diputado del distrito de Quetzaltenango. Su contribución fue tras bambalinas, con el Comité Ejecutivo Municipal de Palestina de Los Altos. Los resultados de aquella elección municipal fueron pésimos. Con 167 votos, la planilla de Semilla quedó en el último lugar.

Este 2023, el “Profe Orlando” —como lo conocen en Palestina, por haber sido educador durante 10 años—, fue inscrito en la tercera casilla de diputados y diputadas de Quetzaltenango por el Movimiento Semilla.

Claudia Lepe, quien ocupaba la primera casilla, renunció a su candidatura el 21 de marzo de 2023, junto con Gustavo Rivas, candidato en la segunda casilla. En la carta de renuncia, describen que hubo poca apertura por parte del Comité Ejecutivo Departamental (CED) para integrar a nuevas personas como candidatos y candidatas en la planilla municipal de Xela.

A pesar de que la carta de renuncia incluye el nombre de Gustavo Rivas, el CED de Quetzaltenango, indicó que él no presentó los documentos necesarios para ser inscrito ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

En su carta de renuncia, Claudia Lepe mencionaba que usted no contestaba llamadas telefónicas, ni mensajes ni consultas de los otros candidatos a diputados desde el 4 de febrero. ¿Es cierto eso?

Mi campaña ha sido de tierra. A veces ella me llamaba y yo estaba en reuniones y se me pasaba por alto regresar la llamada. Me mandaba mensajes y le respondía hasta el siguiente día, y a veces para ella era importante.

A veces ella, por ejemplo, tenía una reunión en Xela y yo tenía una reunión en Cabricán. A veces cruzábamos los horarios. ‘Ella me decía que me estuvo esperando o que quería que estuviera en una reunión, y yo le decía que me disculpara pero yo tenía otra reunión también. Ese fue un poquito el inconveniente que tuvimos. No tuvimos una buena coordinación en cuanto a la agenda, pero desde el primer día que yo me involucré en Semilla he dado lo que he podido.

Me ausenté en algún momento, pero fue muchísimo antes que Claudia se sumara —finales de 2022—. Sentí que estaba descuidando bastante mi negocio por el Movimiento y me ausenté como dos o tres meses. No completamente, pero asistía a una reunión cada semana.

¿Cuánto gastó en total en su campaña y cómo la financió?

Más o menos Q15 mil. Mis hermanos, que están en Estados Unidos, me dieron Q6 mil y el resto lo puse yo, gracias a mi negocio.

¿Qué nos asegura que usted no será un caso como el de Alberto Sánchez, el diputado que traicionó a su partido y trabajó con la alianza oficialista de Vamos?

Yo tengo claras mis convicciones. No puedo defraudar a la gente que espera muchísimo de nosotros. Sobre todo en Palestina porque ganamos la alcaldía también y yo soy de allí. “Mirá, Orlando, ahí nos echas la mano para agendarnos audiencias con los ministros”, me dicen los cocodes, o “ahí mirás que los concejales a los alcaldes no pidan comisiones por los proyectos”.

La gente espera demasiado de mí. Va a ser muy difícil cumplir con todas las expectativas, pero yo me debo a ellos. Traicionarlos a ellos sería traicionarme a mí y al Movimiento Semilla. No voy con el objetivo de enriquecerme. Tal vez no me sobra dinero, pero tampoco me hace falta.

Orlando Pérez, en una actividad de campaña. Foto: Facebook Orlando Pérez

Si no hubiera participado con Semilla, ¿a qué otro partido político se hubiera unido para ser diputado?

A ningún partido. Me ofrecieron estar con el MLP —Movimiento para la Liberación de los Pueblos—. Queríamos hacer alguna alianza en Quetzaltenango a nivel de diputados distritales y en las municipalidades, pero no se logró.

No tengo pensado participar en otro partido político. Quiero permanecer en Semilla hasta que el tiempo diga.

En sus estatutos, el Movimiento Semilla reconoce la necesidad de combatir la discriminación de cualquier tipo y el fortalecer las medidas de protección contra actos de violencia debido a la orientación sexual de las personas o su identidad de género. Además, asegura que, a través de sus acciones evidenciará la inclusión y el respeto profundo a la diversidad sexual.

En 2018 usted publicó, en sus redes sociales, que era una estupidez que en Estados Unidos celebraban la legalización de matrimonios homosexuales, ¿sigue opinando lo mismo?

No.

¿Cómo cambió ese pensamiento?

Todo es un proceso de formación en el Movimiento Semilla. Incluso con los de MLP también tocaron algunos temas, pero más en Semilla, en sus diplomados de formación. Al final somos seres humanos. Cada quien es libre de hacer con su vida lo que mejor le parezca, ¿verdad? Nadie es más ni menos para juzgar a nadie.

¿Por qué cree que antes pensaba como pensaba?

Vivimos en un país machista y patriarcal. En mi casa fuimos formados así de que “el hombre es hombre y la mujer es mujer y punto”. Incluso en el INVO había compañeros que se llevaban muchísimo mejor con las mujeres. No les gustaba estar con nosotros y algunos compañeros los molestaban con que eran huecos.

Poco a poco me fui dando cuenta de que todos somos seres humanos y tenemos los mismos derechos y obligaciones.

¿Cuál es su agenda respecto a los derechos humanos?

Hasta ahora no he construido una agenda propia. Quedamos en reunirnos con varias organizaciones después del 20 de agosto. Quedamos en construir una agenda entre todos porque hay organizaciones que conocen muchísimo mejor la realidad.

Por ejemplo, la Organización de Mujeres Maya Mam de San Juan Ostuncalco que se enfoca en la cosmovisión y en empoderar a las mujeres maya mam. Hay organizaciones maya quiché en Cantel que también se centran en la cosmovisión. Otra que se llama “Eterna Primavera”, que ve más que todo fiscalización de gobernaciones y municipalidades. Hay un grupo de mujeres de Colomba que quiere un crédito muy accesible para hacer crecer más su pequeño molino de café.

Me interesa reunirme con todo tipo de colectivos y organizaciones para alimentar más mis ideas e impulsar una agenda en conjunto.

Esta investigación forma parte del proyecto “Cuadrante Electoral”, -en el que participan Agencia Ocote, ConCriterio, Factor 4, Ojoconmipisto y Quorum; bajo la coordinación de Laboratorio de Medios-, centrado en las elecciones legislativas de Guatemala, 2023.

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