Los terremotos, en la mayoría de los casos, implican destrucción; sin embargo, son movimientos naturales e inevitables que reconfiguran nuestros entornos. Las dinámicas e implicaciones de los terremotos pueden llevarse al plano de lo político. Lo convulso de la cotidianidad política en nuestro país tiene efectos en nuestras vidas: en cómo nos relacionamos con otras personas, cómo nos desenvolvemos en nuestro día a día, cómo nos relacionamos con nuestro entorno más que humano (otras formas de vida) y en las maneras en las que nos organizamos para perseguir objetivos comunes. Esta analogía –la de los movimientos sísmicos, aplicada a nuestra cotidianidad– permite considerar que sus efectos desestabilizadores pueden dar paso a transformaciones profundas en nuestras formas de ser y pensar, como seres que estamos en constante relación con nuestros entornos.
Terremotos: prácticas radicales de incidencia es una iniciativa del Instituto 25A que surge de la necesidad de pensar la incidencia política desde enfoques no tradicionales, es decir, más allá de concebirla como un mero logro de acciones concretas en instituciones públicas o personas tomadoras de decisiones políticas. Por el contrario, el enfoque de Terremotos parte de una visión de la incidencia desde la micropolítica, es decir, desde las prácticas cotidianas por medio de las cuales se interrumpen las relaciones y las lógicas del poder hegemónico. Es por medio de estas acciones micropolíticas, así como los Terremotos desestabilizan nuestros entornos, que la incidencia también puede concebirse como una práctica cotidiana. Esto no quiere decir que el enfoque tradicional de la incidencia política no sea efectivo, sino más bien, que es necesario considerar otras formas de pensarla y sentirla.
Pensar la incidencia política desde acciones cotidianas que desestabilizan al poder hegemónico es, en sí misma, una acción radical. Concebimos la radicalidad desde principios enfocados en promover nuevas actitudes y formas de relación con nuestros entornos que nos permitan pensarnos como pluralidad, relación e interdependencia, más que como sujetos individuales. Asimismo, consideramos importante transformar el presente más que enfocarnos en las visiones de futuro y progreso. Nuestra radicalidad también implica superar la representación, es decir, hablar por otras personas; en su lugar, proponemos transformar las estructuras formales de poder que no permiten escuchar e implicarnos con aquellas voces que han sido calladas y olvidadas. Concebimos el poder como potencia y afirmación, es decir, como el motor político que nos mueve y motiva a comprometernos con diversas luchas y objetivos compartidos.
Las rutas de indagación-acción de Terremotos están ampliamente desarrolladas en una guía que es producto de una serie de procesos de indagación colectiva sobre nuestras acciones de incidencia, y que buscan promover el diálogo y la reflexión sobre nuestras prácticas cotidianas y las maneras en las que podemos generar fisuras en el poder hegemónico. A través de encuentros con personas organizadas en comunidades que se reconocen políticas y otras que no se reconocen de esta manera, estamos poniendo en práctica los contenidos de la guía para incentivar, poco a poco, la incidencia política desde nuestros espacios de estudio, trabajo, entornos cotidianos, etc.
En mi experiencia, estos procesos de indagación-acción han sido espacios de encuentro no solo con luchas diversas, sino también de encuentro con aquellas formas de pensar que refuerzan las lógicas del poder hegemónico pero que usualmente pasan desapercibidas por su naturaleza normalizada. La iniciativa es de largo aliento, ya que somos conscientes de que las transformaciones en nuestras formas de ser y pensar toman tiempo, pero que, así como los movimientos sísmicos, provocan grietas capaces de generar transformaciones profundas.
Para descargar Terremotos, la guía sobre incidencia política elaborada por el Instituto 25A podés ir a este enlace.