Diario Militar: “Los militares se llevaron a mi papá y nunca más lo volví a ver”

Alejandra Cabrera Tenas vuelve la mirada al pasado, exactamente 37 años atrás, y se encuentra con el momento más duro de su vida: la desaparición y ejecución de su padre, y el secuestro y tortura de su madre.
Eleuterio Leopoldo Cabrera García y Clara Luz Tenas Chavarría, padres de Alejandra.
Eleuterio Leopoldo Cabrera García y Clara Luz Tenas Chavarría, padres de Alejandra.

Entonces solo tenía ocho años y su familia ya estaba destruida por una estructura de represión que perseguía a todas las personas y organizaciones que pensaran distinto al poder. Hoy, por fin, Alejandra tiene un poco de esperanza en que se haga justicia.

El Diario Militar o Dossier de la Muerte es el nombre de un documento y también de una causa que explica cómo, entre 1983 y 1985, las fuerzas de seguridad del Estado de Guatemala secuestraron, torturaron, violaron, desaparecieron y ejecutaron a casi 200 personas. En esa lista de víctimas aparece el nombre de Eleuterio Leopoldo Cabrera García, el papá de Alejandra.

“Encontrar a mi papá en el Diario Militar me recordó esos tiempos tan oscuros y a la vez me dio algo de paz porque por fin pude tener información sobre su muerte, aunque seguimos sin saber dónde está su cuerpo”, dice Alejandra. 

Un militar, de forma anónima, entregó el Dossier de la Muerte al Archivo Nacional de Seguridad de Estados Unidos, que luego lo publicó en 1999. 

Tuvieron que pasar 22 años para que a finales de mayo de 2021, la Policía y el Ministerio Público detuvieran a doce militares, la mayoría adultos mayores y con problemas de salud. a quienes se sindica por la desaparición y ejecución extrajudicial de 183 personas. 

La audiencia de primera declaración apenas fue el primer paso de un largo proceso que hace falta para llegar a un juicio y a una sentencia. Pero fue un acto reparador para Alejandra, quien llegó al juzgado con la foto de su padre y también la de su madre, Clara Luz Tenas Chavarría. “Espero que ahora se haga justicia”, dijo.

En esta entrevista, Alejandra habló con Quorum sobre este proceso. 

¿Qué sintió al enterarse de las 12 capturas de militares (en situación de retiro) por el caso conocido como Diario Militar?

No puedo decir que sentí alegría, pero sí mucha esperanza y satisfacción. Espero que las personas señaladas se enfrenten a la justicia por los graves crímenes que se les están imputando y que se pueda dilucidar su responsabilidad.  Yo no quiero venganza, sino justicia. Eso significa que estas personas tengan un juicio justo, que se respete el debido proceso y sus derechos humanos. Es decir, quiero que tengan todo lo que no tuvieron las víctimas del Diario Militar, incluyendo mi papá. Ante todo, que se garantice el derecho de las víctimas a conocer la verdad y el paradero de nuestros familiares.

Alejandra Cabrera Tenas en la Torre de Tribunales. Foto: Javier Estrada
Alejandra Cabrera Tenas en la Torre de Tribunales. Foto: Javier Estrada

¿Y qué espera al final de este proceso?

Lo que más quiero es que nos digan dónde están nuestros familiares. En mi caso, quiero saber dónde está mi papá y quiero que me lo devuelvan. Quiero que rompan ese pacto de silencio y nos digan la verdad para poder seguir con nuestras vidas.

Leé aquí el reportaje Los crímenes del Diario Militar pasan la primera prueba en Tribunales, de Plaza Pública.

¿Cómo perdió a su papá?

Yo tenía ocho años cuando una mañana salí de mi casa para ir al colegio; recuerdo bien que volteé a ver hacia atrás y vi a mi papá, que se despidió de mí a través de una ventana en la puerta del garaje. Nunca más lo volví a ver. 

Una media hora después, los militares golpearon a mi papá y se lo llevaron en una panel blanca, en ella llegaron a mi casa para llevarse a mi mamá hacia un centro de detención clandestino, donde la torturaron durante cuatro días de las formas más horribles posibles; entre otras cosas, la hicieron escuchar audios de niñas siendo torturadas y abusadas, y le decían que eran los gritos de nosotras, sus hijas. La liberaron después.

De mi papá nunca más tuvimos información. Es un desaparecido entre miles de desaparecidos, posiblemente 45 mil, incluyendo 5 mil niños, que dejaron las políticas de represión y terrorismo de Estado.

Eleuterio Leopoldo Cabrera García fue fichado en el Diario Militar. Foto: Secretaría de la Paz.

¿Por qué su papá fue un objetivo del Ejército?

Hay dos formas de verlo. Primero, mi papá era el Secretario de Finanzas del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT). Y eso lo convirtió en objetivo de persecución. Segundo, el Ejército tenía una estrategia de aniquilar a cualquier persona u organización que pensara distinto a los gobiernos de turno; querían acabar por completo con quienes cuestionan los privilegios, la corrupción y la violencia contra la población. En esos tiempos, el simple hecho de cuestionar o pensar diferente ya hacía que una persona fuera declarada ‘enemigo interno’ y esa catalogación llegó a incluir a integrantes de familias completas, niñas, niños, mujeres embarazadas, por ejemplo.

¿Qué pasó con su mamá?

Cuando era joven mi mamá era enfermera y sindicalista en el Hospital San Juan de Dios. Ella y sus compañeras exigian condiciones de trabajo dignas, pues entonces las ponían a trabajar turnos de hasta 72 horas seguidas, con un pago muy malo y encima recibían malos tratos. A lo largo de su vida fue reprimida de varias formas. 

Después de la desaparición de mi papá, y de una serie de persecuciones y hostigamiento, mi mamá decidió llevarnos fuera del país porque nuestra vida corría riesgo. Yo era una niña y el exilio fue duro porque rompió nuestra familia, interrumpió nuestros estudios, y sobre todo, me alejó de mi papá desaparecido. Por otro lado, estar fuera de Guatemala nos dio una esperanza de que no nos iban a matar o desaparecer. En ese sentido, fue como volver a nacer.

De vuelta a la actualidad, muchas personas se preguntan por qué hay que juzgar a adultos mayores y con una salud frágil. ¿Cómo se siente con eso?

Entiendo ese punto y creo que las autoridades tienen que hacer todo lo posible para garantizar los derechos básicos de las personas detenidas, incluyendo el derecho a la atención médica. También es necesario entender que si hay personas mayores siendo acusadas ahora es porque pasaron muchos años disfrutando de la impunidad; este tipo de procesos debieron empezar muchos años atrás, cuando todavía eran jóvenes y gozaban de buena salud. Pero no fue así y ahora es el momento en que la justicia debe hacer su papel. 

Leé aquí el reportaje Caso Diario Militar: los primeros procesados, los siguientes pasos, de Agencia Ocote.

¿Por qué después de 37 años vale la pena seguir exigiendo justicia?

Porque no podemos tolerar las torturas, las violaciones, las desapariciones y las ejecuciones. Eso nunca más se debe repetir y por eso hay que llevar a los responsables de los crímenes al sistema de justicia. También tenemos que hacer esto porque el Estado no está para reprimir o callar a los que piensan diferente, a los que exigen justicia o demandan una mejor calidad de vida.

Ahora seguimos viendo los abusos del gobierno en el día a día con la corrupción y la impunidad. Las personas salen a protestar por vacunas o para saber dónde está el dinero. No se debe reprimir a esas personas ni a nadie.

Así como mis papás querían un mejor país, yo también lo quiero, pero no se nos puede estigmatizar por eso.

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