El basurero en la zona 3 comenzó a operar hace más de 50 años y, en realidad, ya no tendría que estar donde está. Hace 20 años, la Municipalidad de Guatemala pretendía crear un relleno sanitario en otro lugar fuera de la ciudad, pero no logró conseguir el terreno. ¿Por qué? Falta de fondos y oposición de vecinas y vecinos, dice Oscar García, director de Gestión y Manejo de Residuos y Desechos Sólidos de la municipalidad.
García explica que en ese entonces, las autoridades localizaron un terreno adecuado en Palencia, pero el proceso nunca se pudo llevar a cabo:
“Se hicieron varios estudios durante mucho tiempo de parte de la Municipalidad y otras dependencias privadas. Estos terrenos eran privados, había que hacer compra y no se contaba con los recursos. El segundo era el tema social: nadie iba a aceptar que se trasladara un lugar de distribución de desechos a un lugar cerca de su vivienda”.
El director asegura que la institución ha continuado la búsqueda de otros terrenos. Aún así, no lo logró antes de que en 2016, el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (Marn) ordenó el cierre del basurero original.
Para ese momento la Municipalidad se topó con un problema: tenía que cumplir la orden del ministerio, pero no tenía donde crear un nuevo relleno sanitario ni podía dejar de recibir las toneladas de desechos que llegan cada día desde 15 municipios distintos.
Así surgió la propuesta de una ampliación del área original para crear un relleno sanitario en el mismo barranco de la zona 3.
Un proyecto enorme y costoso
El movimiento es constante en los portones del relleno sanitario en la zona 3 de la Ciudad de Guatemala. Camiones, recolectores y recicladores con bultos enormes sobre los hombros, entran y salen con el flujo imparable de desechos: 2500 toneladas todos los días.
Y así posiblemente continuará por lo menos los próximos 10 a 15 años. Pese a que la Municipalidad de Guatemala ha intentado sacar el vertedero de la ciudad, ahora tiene encaminado un proyecto para ampliar el área del depósito de desechos en la misma quebrada de la zona 3. De realizarse, el relleno sanitario llegaría a triplicar su tamaño original.

La falta de fondos municipales para comprar un terreno nuevo para un relleno sanitario, no fue un problema para la ampliación.
El terreno en el que se plantea la ampliación está en la misma quebrada de la zona 3 y es propiedad del Estado. En marzo de 2022, el expresidente Alejandro Giammattei firmó el acuerdo gubernativo 67-2022 para darle el usufructo del terreno a la Municipalidad de Guatemala.
Se trata de un área adicional de 510.008,35 metros cuadrados, que triplica el tamaño actual del basurero y casi tres veces el tamaño del basurero original de 187,491.85 metros cuadrados. Se extiende hacia la parte norte del barranco que divide las zona 3 y 7, aproximadamente hasta la altura de la 11 calle del barrio El Gallito y hacia los barrancos que colindan con un extremo del cementerio La Verbena y la colonia del mismo nombre.
- El área es tres veces el tamaño del Parque Erick Barrondo en la zona 7, el parque verde más grande de la ciudad.
- También equivale a la extensión combinada de los centros comerciales Miraflores, Oakland Place, Portales y Naranjo Mall.
El proyecto aún no está seguro ni cerca de implementarse. El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) aprobó en 2022 un fondo de Q5,000,685 (US$650,000) para llevar a cabo los estudios de factibilidad e impacto ambiental para la ampliación.
Estos estudios también incluyen el diseño de impermeabilización, sistemas de drenaje y planta de lixiviados. Todos elementos clave para evitar que se repitan los problemas ambientales.
Según las autoridades municipales, se contrató a una empresa externa para realizar los estudios (no informaron el nombre de la consultora) que finalizarán a mediados de 2025. Si se aprueban, la Municipalidad tendría que buscar financiamiento y hasta después podría comenzar a construir el relleno sanitario.
Ese relleno tampoco sería permanente. Oscar García indica que el tiempo de vida del nuevo relleno sanitario sería de 10 a 15 años por lo que la consultoría incluye la evaluación de otros terrenos para la creación de un sitio en el futuro.
Enfatiza que ya sea en zona 3 o en otro sitio, para que cualquier relleno sanitario pueda funcionar adecuadamente, es indispensable la colaboración de la ciudadanía.
“La separación de residuos desde casa es clave para reducir el impacto ambiental y que lleguen menos desechos, esto puede facilitar el reciclaje y prolongar la vida útil del sitio”,dice García.

40 años de retraso por falta de voluntad
Para César Barrientos, el problema real de la basura en la Ciudad de Guatemala nunca fue técnico, sino político. Da testimonio de que desde hace años existían propuestas concretas dentro de la Municipalidad de Guatemala para cambiar el manejo de los desechos, que nunca se realizaron. Lo sabe porque él mismo las elaboró.
Es ingeniero civil especializado en ciencias ambientales y de ecotecnología, y en dos ocasiones la Municipalidad de Guatemala lo contrató para trabajar el tema del basurero. La primera fue como coordinador del Programa Municipal del Medio Ambiente en 1984, poco antes de la primera elección de Álvaro Arzú como alcalde de la ciudad.
“Lo que se trató de hacer fue tecnificarlo (el vertedero), pero luego vino el cambio de administración y entró la era arzuista, y todos los proyectos de medioambiente, el cinturón ecológico y las mejoras del relleno sanitario, se quedaron olvidados por muchos años”, explica Barrientos.
La segunda ocasión fue a inicios de los 2000s cuando la municipalidad intentó conseguir terrenos para sacar el basurero de la zona 3. Cuando se cayó el proyecto, hizo una propuesta alternativa para tecnificar el basurero y reducir los impactos, por ejemplo crear una planta de compostaje para evitar los malos olores generados por los desechos orgánicos. Tampoco se llevó acabo y durante años los olores siguieron aquejando a las y los vecinos alrededor.
A Barrientos no le sorprende que 40 años después el municipio todavía no tenga resuelto el manejo de los desechos.
“La municipalidad no ha sido suficientemente responsable para resolver el problema. Más que técnico, es un problema de falta de decisión política y de financiamiento”, recalca.

¿Y las y los vecinos qué piensan?
Desde que se comenzó a utilizar el terreno en la zona 3 cómo depósito final de desechos, hace más de 50 años, la ciudad cambió. El basurero ya no queda a la orilla del área urbana, sino es parte de y está rodeado de colonias que crecieron alrededor.
De parte de ellas la Municipalidad no ha enfrentado resistencia sobre la ampliación, pero tampoco las consultó antes de iniciar los estudios porque, según Oscar García, no son “viviendas formales”.
“No hubo una socialización porque es continuar donde estamos y lo que hay son invasiones temporales de las mismas personas que a veces trabajan dentro del sitio. Se hizo una evaluación y se encontró que no habían viviendas formales, son terrenos propiedad del Estado”, comenta.
El actual viceministro de Recursos Naturales y Cambio Climático del Marn, Edwin Castellanos, aclara que tener un vertedero en medio de la ciudad no es óptimo por los riesgos que implica, como contaminación y plagas que pueden afectar directamente a los y las vecinas más cercanas.
El viceministro plantea que además de la dificultad para encontrar un nuevo lugar, hay otro problema político e histórico, aún pendiente de resolver. El hecho de que un total de 14 otros municipios también depositen sus desechos en la zona 3, pero todos los costos para el manejo del sitio dependan únicamente de la Municipalidad de Guatemala.
Mira este video sobre las tasas para cobrar a los demás municipios
A esto hay que sumar que los costos que se pagan actualmente a los camiones recolectores, solamente cubre el transporte de cada hogar al vertedero. Si se construye un relleno sanitario en las afueras de la ciudad, es probable que el precio aumente por la distancia y el tráfico.

¿La solución?
La propuesta más lógica sería descentralizar el depósito para que cada municipio maneje su propia basura y no descargue todo en un lugar, considera Carlos Elías, vicepresidente de la Asociación Guatemalteca de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (Agisa).
Desde su perspectiva, la opción de ampliar el área de la zona 3 y crear un verdadero sanitario representa un gran potencial para la Municipalidad de Guatemala. Le daría la posibilidad de asumir su responsabilidad, no solo de un manejo adecuado de los desechos que no genera contaminación sino también de plantear una solución respecto a los desechos de los otros municipios. Por más grande y más tecnificada que sea la ampliación, resalta Elías, el sitio volverá a colapsar y causará problemas si se siguen depositando la misma cantidad.
La ampliación del basurero en la zona 3 puede representar un alivio temporal, pero no una solución definitiva. Sin una estrategia integral de manejo de residuos, que incluya la descentralización del tratamiento de la basura y la colaboración ciudadana en la separación de desechos, el problema persistirá.
El tiempo corre, y la Ciudad de Guatemala sigue sin una respuesta clara para un problema que ha sido postergado durante más de 40 años.