A primera hora de la mañana, a lo lejos, se puede ver el amanecer y el esfuerzo evidente de los rayos del sol por atravesar la densa capa de humo. Así comienza el día para los bomberos y los equipos interinstitucionales que están al frente del combate contra los megaincendios.
Los focos activos detectados están a casi dos días de distancia de las áreas urbanas, por lo que el cansancio y la desesperación que los bomberos enfrentan entre veredas con topografías accidentadas, son un desafío constante. Agua, comida, algunas herramientas y mucha esperanza son elementos clave que acompañan a estos defensores de la naturaleza.
El sonido ambiente son las llamas que arden con furia -casi imposibles de apagar-, arrasando con todo a su paso, y el sonido de algunos animales que claman por ayuda para escapar del infierno que les ha tocado vivir. Guatemala vive hoy una realidad dura, en donde más de 7 mil hectáreas de la Reserva de Biosfera Sierra de las Minas se han visto afectadas en, el equivalente a 4.6 veces el tamaño del lago de Amatitlán.
A unos 50 kilómetros de distancia, otro megaincendio -cada vez más agresivo- atenta contra el Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic, un humedal formado por la desembocadura del río Polochic en el Lago de Izabal (el más grande del país) que desde 1996 fue declarado de importancia mundial por la Convención Internacional Ramsar.
En tan solo dos días, se estima que se ha perdido entre el 5 y el 10 por ciento de la zona primitiva del Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic, a este ritmo, hectáreas significativas van a seguir desapareciendo. Esta pérdida es devastadora para la funcionalidad del lago de Izabal. Según múltiples organizaciones internacionales y estudios de investigación recientes, el proceso de restauración es sumamente costoso en términos de tiempo y recursos económicos. Las experiencias mundiales, afirman que la restauración de estos ecosistemas tarda un mínimo de 15 años para recuperar al mínimo los valores de la funcionalidad que perdieron.
La Fundación Defensores de la Naturaleza, referente ambiental en Guatemala, coadministra 4 áreas protegidas del país y suma todos sus esfuerzos para el combate y liquidación de los distintos incendios que se han generado desde que inició el 2024 en la Reserva de Biosfera Sierra de las Minas (RBSM) y el Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic (RVSBP). Además, reconocemos y valoramos el papel fundamental que ha desempeñado el Sistema CONRED y la Fuerza Aérea Guatemalteca en la priorización del combate de incendios en estas dos áreas protegidas.
Acciones para contrarrestar los incendios forestales:
- Un aproximado de 324 descargas, que equivalen a 289,093.18 litros de agua, se han desplegado a través de helicópteros cisterna sobre las dos áreas protegidas.
- El combate aéreo ha sido posible gracias a fondos de la Fundación Defensores de la Naturaleza a través de diferentes donantes y de la Fuerza Aérea Guatemalteca (FAG), en coordinación estrecha con el CONAP y el Sistema CONRED. También, se han recibido recursos económicos de propietarios y de la iniciativa privada, así como donaciones individuales.
- El sistema CONRED juega un rol crucial en la mitigación y manejo de incendios forestales en Guatemala, coordinando esfuerzos, capacitando a los equipos de respuesta y comunidades, gestionando recursos, y colaborando tanto a nivel nacional como internacional. Su labor es esencial para proteger los ecosistemas y la población ante la amenaza de los incendios forestales.
Guatemala está enfrentando serias consecuencias debido a las temperaturas extremas que han afectado diversas regiones del país. Además, la contaminación del aire por la liberación de dióxido de carbono está provocando problemas de salud en la población.
Consecuencias para el Ecosistema del Humedal – Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic:
- El Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic alberga una gran diversidad de especies, incluyendo 440 especies de fauna y 396 especies de flora. La destrucción del humedal supone la pérdida de hábitat para muchas de estas especies, algunas de las cuales son endémicas o están en peligro de extinción, como el manatí antillano y varias especies de aves y reptiles.
- El humedal actúa como un filtro natural, reteniendo sedimentos y nutrientes antes de que lleguen al Lago de Izabal. Sin esta función, aumenta la sedimentación y la eutrofización del lago, deteriorando la calidad del agua y afectando a la vida acuática.
- Además del impacto ambiental, la destrucción del humedal tiene un enorme costo económico por los esfuerzos necesarios destinados a la restauración y la pérdida de servicios ecosistémicos valiosos como la pesca y el turismo.
- Podrían desatarse grandes inundaciones para las poblaciones cercanas, pérdida de áreas de reproducción de especies de peces de gran valor comercial. Además, el 14% de los ingresos de las familias cercanas al humedal se obtienen de cadenas de valor basadas en recursos naturales del humedal.
¡Aceleremos el combate contra los megaincendios forestales!
