(Entrevista) Sara Curruchich: canciones para empoderar, sanar y abrazar

Cantar en su idioma maya es para la cantautora Maya Kaqchikel, Sara Curruchich, de 29 años, una forma de reivindicar su identidad indígena. Se define como “una terca de la esperanza” porque insiste en que es posible seguir luchando y construir caminos de dignidad en un país tan duro como Guatemala. Conversamos con ella antes de que iniciara el cierre de la gira de presentación de su segundo disco.
Sara Curruchich. Foto: Neida Solis

Sara nos dio esta entrevista en un cuarto con instrumentos musicales y decorado con mantas tejidas y pinturas, que han sido regalos de quienes la escuchan.  Conversa sobre su inspiración y motivación para hacer música, las historias detrás de sus canciones y sobre la creación de su tercer disco.

Tu música está acompañada de mensajes reivindicatorios de tu identidad, de las luchas y vivencias de los pueblos indígenas. ¿Qué fue lo que te llevó a hacer música con estos mensajes?

Surgen a partir de las vivencias que tuve como una mujer maya que migró de Comalapa hacia la Ciudad de Guatemala. Desde allí nace la fuerza también para poder hacer una búsqueda de cómo, a través de las canciones, demostrar que existimos, que tenemos derechos y que nuestra voz también viene cargada de los conocimientos de los pueblos indígenas. Es un mensaje que viene con mucho amor y ternura, pero también con una gran resistencia. 

Hay una naturalización del racismo, del clasismo y de la discriminación, que sin duda alguna atraviesa de una manera violenta y agresiva los cuerpos, el espíritu y el ser de las personas que vienen de los pueblos indígenas. 

Tus canciones no solo se quedan en la crítica a las problemáticas sociales, también hay canciones que hablan de la amistad y el amor. Tu primer sencillo, “Amigo”, es un ejemplo de ello. 

En el tránsito de la vida vamos a encontrar personas a nuestro lado, a nuestra familia de sangre, a la familia del camino, a la familia que la vida nos permite conocer y es maravilloso poderle cantar.

Cantarle al amor es cantarle a tu amiga que te acompaña y te acuerpa en momentos muy difíciles. Cantarle a eso tan hermoso que se gesta es un símbolo de ese amor fraterno.

En tu segundo disco, el sencillo “Mujer indígena” es un tema que se convirtió en un himno para las mujeres de pueblos indígenas ¿Cómo surgió esta canción?

Desde el inicio de mi carrera me pasaba en los conciertos que había personas que se acercaban para decirme ‘qué bonitos los colores de su güipil’ pero luego me preguntaban cuándo cambiaría de ropa para subir al escenario. Eso me llevó a pensar que nos ven como una cosa que folklorizan pero eso no somos nosotras.

Mujer indígena es un canto emancipatorio hacia mí. Me regalé una canción que me habría gustado cantarme cuando era niña, o cuando me ponía a llorar en la camioneta porque se habían burlado de mí por mi acento o por mi indumentaria maya. Me gustaría mucho más que las niñas y toda la gente pueda escuchar y puedan saber que su esencia, su espíritu, su ser en toda su totalidad, es majestuoso. 

Hay canciones, como Mujer Indígena, que nacen como una forma de amor propio. 

¿Cómo fue el proceso de trasladar una leyenda que causa miedo a una canción como la Siguanaba?

Estos relatos posicionan a las mujeres como malas, y también hay una naturalización de la violencia y de la agresión hacia las mujeres. Por eso quise transformarla.

La Siguanaba sí se puede llevar a los hombres, pero a los hombres que están borrachos, porque cuando hay un nivel etílico muy alto muchas veces caen en agresiones físicas contra las mujeres. Por eso planteo una Siguanaba que no es mala sino que se convierte en aliada de la lucha contra las violencias que atraviesan tanto el cuerpo de una mujer, como el cuerpo de toda la comunidad. 

Con “Amor Diverso” colocás sobre la mesa la necesidad de amar libres y sin miedo. ¿Cómo fue la creación de esta canción que abiertamente habla sobre diversidad? 

Wow, Amor Diverso es una historia que me movió mucho. Nace de una plática con un amigo maya kaqchikel que me dijo: “Sara, yo estoy condenado a la soledad”.  

Él pertenece a la comunidad LGBT. Es sumamente doloroso que se les diga que no tienen derecho al amor y que la sociedad no solo les rechace sino reaccione con violencia hacia las personas de la comunidad (LGBTIQ+). 

Hay muchas personas que dicen que en los pueblos indígenas no hay comunidad diversa, pero claro que hay. Es muy importante que podamos acompañar y acuerpar a los compañeros y a las compañeras indígenas, que además del racismo también están luchando contra la homofobia.

Junam es tu primera cumbia y es una canción completa en idioma kaqchikel, ¿cómo surge esta fusión de instrumentos, sonidos y ritmos?

Junam nació de una forma acústica también, tuvo un proceso muy bello. Había empezado a escuchar mucha cumbia y el ritmo me invitaba al movimiento, a ese viaje corporal. ¿Cómo nos hacemos saber que también el movimiento es nuestro derecho? ¿Por qué algunas veces sentimos miedo o vergüenza al bailar?

Esta es una invitación para que la gente baile. Es una cumbia pero mantiene la marimba y las percusiones utilizadas en los sones de los pueblos. Explorando el ritmo también termino investigando sobre la historia del pueblo donde nació ese ritmo. Es una forma también de defender la memoria desde la experimentación con la música.

Terminaste a nivel nacional tu gira del disco Mujer indígena. A nivel internacional hay conciertos aún. ¿Cómo fue recibido este álbum? ¿Qué te deja esta gira?

Lo guardamos con mucho cariño y con mucho amor. Y lo digo en plural porque también hay personas que me han acompañado y que han hecho que los conciertos sean posibles. Esta es la gira Mujer Indígena que también nos ha dado el regalo de conocer la historia de muchas mujeres. He conocido a abuelas comadronas, a muchas compañeras que están enfrentando procesos de justicia y procesos de sanación en sus comunidades, y a otras mujeres que son sobrevivientes de violencia.

Si la gente se siente feliz de recibir las canciones, yo también me siento muy feliz y siento un agradecimiento profundo porque nos permiten hacer ese encuentro. Esto es creer y aferrarse a esa esperanza de que a través del arte sí se pueden hacer transformaciones.

Yo quiero compartir una canción que para mí también tiene un significado y la pongo aquí para que pueda abrazar, a quien quiera ser abrazado.

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