Paternalismo y racismo: cuando los políticos se acuerdan de los pueblos indígenas

En campaña la mayoría de las y los políticos se recuerdan de los pueblos indígenas porque les interesan sus votos. Sus discursos no dejan de estar cargados de racismo, prejuicios y desinformación. Acá te explicamos por qué.
Foto: Emmanuel Andrés

En el discurso y en las propuestas de las y los postulantes a cargos de elección popular casi no se habla directamente de pueblos indígenas.

Muchos se protegen diciendo que no tienen propuestas específicas para pueblos indígenas porque “son minoría” o porque sus propuestas son para todas las personas. Esta es una afirmación imprecisa que los datos ayudan a aclarar.

Según el Censo Nacional de 2018, el 41% de la población es indígena y aún si el porcentaje fuera mucho menor, eso no quiere decir que no necesitan y merecen propuestas concretas. 

¿Por qué? Porque problemas con la desnutrición, la discriminación, la baja escolaridad, la migración y la falta de trabajo, les afectan de una forma diferente que a la población mestiza.

La población indígena enfrenta más dificultades para acceder a una vida digna. Los niveles de pobreza, desigualdad y exclusión son mayores para las familias indígenas. Una muestra de ello, es que casi no hay funcionarios indígenas. Para reducir las brechas es importante que los políticos promuevan propuestas específicas.   

La mirada paternalista

Las y los candidatos que sí hacen referencia a los pueblos indígenas suelen hacerlo desde un enfoque paternalista y partiendo de algunos prejuicios.

Por eso es que muchas de las propuestas dirigidas a pueblos indígenas y campesinos son asistencialistas. Es decir que en vez de garantizarles el ejercicio de sus derechos o de hacer propuestas enfocadas en garantizarles mayor voz y participación dentro del Estado, las y los políticos terminan proponiendo programas para regalar láminas, equipo de agricultura o bolsas de comida.

 “Aquí hablan de pueblos indígenas desde un enfoque paternalista y si no hablan es como que no existieran”, dice Victoria Tubin, socióloga maya kaqchikel y docente universitaria.

Aura Cumes, doctora en antropología maya K’iche’, considera que esto sucede porque, “hay una relación de tutelaje. Los partidos políticos creen que tienen una superioridad moral sobre el indígena empobrecido. Eso es racismo” explica.

Tubin, añade que las y los políticos no están viendo a los pueblos indígenas como “ciudadanía, como pueblos pensantes, pueblos que están aportando”. Los ven como pueblos que no pueden hacerse valer por sí mismos y a quienes solo hay que ir a dejarles regalos.

El terror indígena y campesino

También hay otra forma en que las y los candidatos hacen referencia a los pueblos indígenas. En muchos de los discursos se les utiliza para dividir y confrontar a la sociedad haciéndoles ver, por ejemplo, como “enemigos del desarrollo”.

Es por eso que muchas veces desde las tarimas se les tiende como “violentos” o “huevones” cuando deciden ejercer sus derechos de manifestación. Este tipo de ataques y críticas ignoran que los pueblos indígenas tienen formas históricas de organización.

Victoria Tubin, considera que esas ideas crean prejuicios racistas que muchas veces los candidatos promueven. “Hay que decir que el racismo se mantiene. Esos discursos ayudan a mantener esos proyectos de asistencialismo, proyectos extractivos, proyectos de monocultivo”, señala.

Con este tipo de discursos las y los políticos intentan ganar el favor de sus grandes financistas a costa de la criminalización de los pueblos. Aunque esto comienza como un discurso, luego termina por agravar la conflictividad social en el país al hacer que el Estado ignore o pase por encima de los derechos de las comunidades. 

El país padece una conflictividad agraria histórica. El Comité Campesino del Altiplano (CCDA) tiene registro de 1 mil 321 casos colectivos que exigen su derecho a la tierra. Además, conocen de más de 60 órdenes de desalojo y 48 dirigentes campesinos que tienen orden de captura por defender su derecho a la tierra.

Para ponerle un alto a la desinformación, Leocadio Juracán, representante del CCDA considera que “es importante concientizar (…). Hay que pedir un alto a la criminalización y la persecución porque nos afecta a todos”.

Para Victoria Tubin la forma más efectiva para frenar la estigmatización de los pueblos indígenas y hacer que sus problemas sean verdaderamente atendidos por el Estado, es promover partidos políticos que tengan y garanticen mayor presencia de personas indígenas en los puestos de elección popular.

*No te van a engañar es una serie de Quorum para combatir la desinformación. Fue creada con el apoyo de Hivos América Latina.

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