Pero, ¿Qué los hizo unirse para poner en marcha el proyecto? En 2008, las aldeas del municipio se negaron a continuar pagando por la electricidad. En ese entonces a Deocsa-Deorsa y más recientemente a Energuate. Los pobladores señalaban que les hacían cobros excesivos y el servicio era interrumpido constantemente, así que decidieron tomar la red eléctrica.
Eso generó una pugna en la que ninguna de las partes dio tregua. En algunas ocasiones la empresa lograba desconectar totalmente la energía y dejaba sin luz a las comunidades por varios días, incluso a las familias que seguían pagando, dice Fausto Sánchez, dirigente comunitario del pueblo mam de San Pablo.
Cuando eso ha ocurrido las familias han tenido que depender únicamente de paneles solares.
- Fausto estuvo en la cárcel por su oposición a una hidroeléctrica que se construiría en el municipio. Lo acusaron de secuestro por la retención de un trabajador del proyecto. Fue liberado después de ser declarado inocente.
Energuate afirmaba que esto se daba por el colapso en la red de distribución que no había recibido mantenimiento y que no soportaba todas las conexiones ilegales, el robo de energía, que constantemente se ha señalado.
De cualquier forma, dice Fausto, seguir así era insostenible. Así que decidieron organizarse como vecinos para construir su propia hidroeléctrica. Así nació Hidroeléctrica Maya oficialmente en 2015. Legalmente está constituida como una sociedad anónima con 800 socios.
- La hidroeléctrica en funcionamiento tendrá un alcance estimado de 4,000 personas.
Los socios no son solo del municipio de San Pablo. También hay familias de Malacatán y Tajumulco que se beneficiarán de la hidroeléctrica que se espera empiece a distribuir energía este para todo los usuarios. “Somos en total como unas 18 a 19 comunidades”, afirma Fausto.

Como cualquier otra empresa, Hidroeléctrica Maya también tuvo que elaborar sus estudios de impacto ambiental. Los análisis fueron financiados por la Fundación L’Olivera de Barcelona, España. Tuvieron un valor aproximado de Q500 mil.
- En 2018 los estudios de impacto ambiental fueron aprobados por el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales.
El camino no ha sido fácil. “Por un lado estuvieron las instituciones que la hicieron cansada y por otro está el llegar acuerdo con los vecinos, y la división que se da con algunos y que es normal”, dice.
Energía menos dañina
“No es lo mismo desviar un caudal 800 metros, que 7 a 8 km cómo lo iba a hacer la la Hidro Salá, así se llamó una empresa que también quiso establecerse por ese sector”, dice Fausto.
El líder comunitario explica que a diferencia de otros proyectos, este no busca explotar los recursos naturales de manera excesiva y que su fin es darle electricidad a comunidades que no han contado con energía o con un servicio inestable.
Fausto afirma que han reforestado áreas para compensar las que han utilizado para la construcción, pero dice que su prioridad es que el “verde” de los árboles se mantenga en el área.

La luz
En 2022, después de la elaboración de planos y acuerdos con los vecinos, finalmente se empezó la construcción. Cada familia, dice Fausto, ha invertido unos Q9 mil en dos. Eso sin contar la mano de obra que han tenido que prestar para cargar y construir las instalaciones de la hidroeléctrica.
Aunque esperaban que la hidroeléctrica estuviera generando electricidad para las comunidades antes de medio año, hasta ahora no ha sido posible. A mediados de junio, hicieron la primera prueba en el caserío Nueva Castalia. “Faltó un poco de potencia y hubo una tormenta, entonces se tendrá que calibrar, pero esa será la primera comunidad que tendrá electricidad”, dice Fausto.

Hoy, 15 de junio de 2025, las tuberías, la turbina y el embalse están funcionando. Solo falta que finalice la instalación de postes en las otras comunidades para empezar las conexiones. “Todo será administrado por los 800 socios, todo será decidido por ellos y no por un grupo de empresarios”, dice Fausto.