En Avenida Comunidad* nos hemos trazado el objetivo de reafirmar la confianza y el sentido de comunidad desde lo barrial en la Ciudad de Guatemala. A través de la educación popular y de la mano de un equipo de tres tejedores y tejedoras, quienes viven en los barrios y acompañan la organización, promovemos diálogos con los vecinos y vecinas para problematizar las realidades que vivimos e incidir en la mejora de las condiciones de vida.
Mi rol en el Instituto 25A es coordinar la iniciativa de Avenida Comunidad y ha sido una experiencia muy hermosa el conocer y convivir con mujeres, hombres jóvenes, adultos, personas mayores y personas diversas. Con los vecinos y vecinas hemos generado vínculos de confianza para dialogar sobre las necesidades, problemáticas y logros de las comunidades, respetando sus formas de convivir y sus historias de vida.
En los diálogos de zona 3, la voz de experiencia la tienen las mujeres adultas ancianas, quienes subsisten del trabajo del día a día, y tienen una fuerte vinculación con su zona, ya sea porque han crecido toda su vida en la comunidad o porque migraron de sus lugares de origen para sobrevivir. Entre las temáticas que abordan las y los vecinos de la zona están el cementerio, el agua, el basurero y la construcción del salón comunal, un referente histórico de la comunidad.
La mayoría de los participantes de las actividades de Avenida Comunidad en zona 7 son jóvenes estudiantes y trabajadores con una energía fuerte e interés en sumarle a la transformación y la búsqueda de la justicia social. Se han organizado a través de la Iglesia católica y su relación de comunidad está arraigada en la organización religiosa; son jóvenes con mucho entusiasmo.
Las y los vecinos de la zona 5 son jóvenes y personas adultas, ancianas y ancianos, con un gran sentido de pertenencia e identidad con su zona, les entusiasma el aporte artístico, deportivo y cultural que la zona 5 ha representado para la ciudad. La mayoría de vecinos y vecinas crecieron en el lugar y se conocen desde generaciones pasadas.
Esta interacción con los vecinos y vecinas de las zonas 3, 5 y 7 me ha hecho repensar qué es hacer comunidad en la ciudad, un territorio donde convergen clase trabajadora, pobre, media, alta, con una población ladino mestiza y de diversos pueblos Indígenas, quienes en su mayoría han sido despojados de sus tierras, que migraron de sus lugares de origen por el Conflicto Armado Interno para sobrevivir a la pobreza y buscar mejores oportunidades para estudiar y trabajar.
Todas las experiencias que hemos tenido en Avenida Comunidad me hacen cuestionarme dónde nos vemos y cómo nos vemos en este espacio citadino, que a pesar de sus comodidades, suele ser muy urbano, clasista y racista. Lejos de responder, reafirmo un aprendizaje de mi propio pueblo, donde nací y crecí, que se basa en que cada pueblo tiene sus propios códigos. Definitivamente la ciudad tiene sus propios códigos -unos asimilados por el sistema occidental y otros despojados de sus identidades históricas-. En medio de esto hay una energía que busca encontrarse, reunirse y hacer algo por el bien común y resguardar lo heredado por sus antecesores. En esta búsqueda son clave los diálogos intergeneracionales entre ancianos y ancianas de las zonas con las nuevas generaciones para seguir hilando sus historias y vincular sus energías en la construcción del sentido de comunidad.
Un primer paso es dignificar las historias de vida personales y colectivas de los vecinos y vecinas, el reconocimiento de sus aportes desde lo cultural, social y económico, que han permitido el sostenimiento de sus zonas. Generando ese sentido de pertenencia e identidad es como los vecinos se integran a su comunidad y construyen un horizonte político común.
Ese es el reto para Avenida Comunidad desde el Instituto 25A, construir comunidad desde el respeto a la individualidad y las historias de vida de cada vecino y vecina, y desde la apuesta por la colectividad en una ciudad donde se nos ha enseñado a vivir desde la burbuja del ‘sálvese quien pueda’. La coyuntura política actual también nos ha demostrado que en la ciudad la comunidad sigue viva y que los barrios y zonas tienen raíces profundas de organización y resistencia. Como Avenida Comunidad seguiremos profundizando en esa historia y construyendo nuevos lenguajes y códigos para nombrarnos y abrazar nuestras diversidades.
*Avenida Comunidad es una iniciativa del Instituto 25A que nace en el 2021 con una propuesta de ser un espacio de acercamiento con vecinos y vecinas de las zonas 3, 5 y 7, como una apuesta para recuperar el tejido barrial en la Ciudad de Guatemala.