La puerta para que el dinero y poder del narcotráfico entraran a la política guatemalteca la abrió en 1985 Arnoldo Vargas Estrada en la alcaldía de Zacapa. Hoy, después de pasar 25 años en una cárcel de Estados Unidos, Vargas dirige de nuevo el municipio y su modelo se ha extendido por todo el país. Hace dos años, la Policía volvió a allanar su casa como parte de una operación contra el tráfico de drogas.