En el gobierno de Alejandro Giammattei, Guatemala no solo vio partir a decenas de jueces y fiscales que lucharon contra la corrupción. El país se quedó sin un centenar de guardabosques que estaban a cargo de cuidar las selvas, los volcanes, los ríos y los humedales más importantes. Cuando la democracia fue a la deriva, la naturaleza también pagó las consecuencias.