La banda de Los Capitol acusada de secuestros y abusos sexuales

El día que capturaron a un grupo de estilistas en Los Capitol, empezaron a surgir más historias sobre secuestros exprés, abusos sexuales y robos que ocurrieron en el mismo centro comercial. Pese a ello la fiscalía asegura que ninguna persona llegó a denunciar y en el caso no se ha sumado ningún otro afectado. La única víctima que se atrevió a alzar la voz hoy tiene miedo.
Instantes del allanamiento en uno de los salones de belleza del centro comercial Los Capitol. Foto: PNC

Julio de 2022. Sergio Morales caminaba dentro del centro comercial Capitol cuando fue interceptado por un grupo de hombres que lo retuvieron en el local donde trabajaban como estilistas. Luego lo obligaron a que diera sus tarjetas para retirar dinero en efectivo. Ahí mismo, en el salón de belleza, uno de ellos abusó sexualmente de él.

Sergio decidió denunciarlo ante las autoridades ese mismo día. Así fue como la investigación empezó pero a pesar de haber dado los datos exactos del lugar donde ocurrió todo, el Ministerio Público (MP) y la Policía Nacional Civil (PNC) tardaron más de un año en hacer el primer operativo.

Fue hasta noviembre de 2023, 16 meses después, que las autoridades llegaron al salón de belleza para detener a quienes estaban detrás del crimen. Ese día capturaron a cuatro personas y tiempo después detuvieron a una más. 

Cuando corrió la noticia sobre el operativo en Los Capitol, en las redes sociales pronto empezaron a relatarse otros casos similares relacionados con robos y abusos. 

La Fiscalía de la Mujer, que tiene asignado el caso, dice que hasta ahora no recibieron ninguna otra denuncia contra estas personas y que la única víctima en el expediente es Sergio Morales. 

Desde que su denuncia por fin avanzó, Sergio empezó a recibir mensajes anónimos para intimidarlo. 

“Los mensajes en redes sociales los he recibido tanto en los comentarios de mis publicaciones como en mensajes directos. Me dicen que me cuide, que me están controlando, que las personas con las que estoy lidiando son bastante peligrosas, que mejor desista del caso, que no siga llamando la atención en público, que solo busco lucrar”, cuenta Sergio. 

Aun así, dice que seguirá buscando que las cinco personas paguen por estos delitos para que otros más no los sufran. Su temor ahora es mucho más grande por la posible salida de prisión de todos los acusados.

NombreDelitos por los que se le acusa
Julio César Aguirre RamírezViolación, detenciones ilegales y robo
Quelvin Leonel Morales PazDetenciones ilegales y robo
Eddy Alexander MurallesDetenciones ilegales y robo
Edwin Ariel López RodríguezDetenciones ilegales y robo
Mónica Esperanza Rodas OsoyDetenciones ilegales y robo (fuera de prisión)

¿Por qué podrían salir de la cárcel?

Para visibilizar su caso, Sergio hace uso de su cuenta en TikTok desde la que comparte detalles sobre lo sucedido y los riesgos que ahora está enfrentando.

En un inicio las cinco personas acusadas fueron señaladas por la fiscalía de varios delitos, entre estos uno que es grave: el de secuestro. Pero un juzgado decidió no procesarlas por ese cargo y lo cambió por uno más leve llamado detenciones ilegales

Ese pequeño detalle tiene graves consecuencias. El nuevo delito implica que se les pueda dar medidas sustitutivas a los acusados, es decir salir de la cárcel mientras dura todo el proceso penal. 

Si el delito imputado hubiera sido “secuestro”, no habría sido posible que las personas acusadas estén fuera de la cárcel mientras se demuestra su culpabilidad o inocencia. Los jueces están obligados a enviarles a prisión preventiva durante el proceso penal.

Según el MP, el juzgado no los procesó por secuestro tras argumentar que no existían suficientes pruebas que evidenciaran que hubo una “planificación previa” entre los capturados, algo que es necesario para justificar ese delito.

Sergio Morales explica que el juzgado determinó que tampoco podía considerarse un secuestro porque él no había pasado más de 24 horas retenido y no se le había pedido a su familia un rescate. Esto pese a que fue obligado a entregar sus tarjetas para sacar dinero en efectivo.

Aunque cuatro de las cinco personas de igual manera fueron enviadas a prisión preventiva, todo podría cambiar.

Próximamente enfrentarán un juicio ante un tribunal de sentencia, pero antes, el 22 de abril, se realizará la audiencia de ofrecimiento de pruebas. En ella la fiscalía deberá presentar las pruebas que usará contra los acusados.

Sergio Morales teme que en esta audiencia, el juzgado decida sacarlos de la cárcel por solicitud de la defensa.

La Fiscalía de la Mujer asegura que las investigaciones relacionadas con el caso todavía no finalizan y que podrían haber más personas involucradas en este crimen. Afirma que continúan buscando más evidencias para insistir en el delito de secuestro. 

En muchos casos las personas también quedan en libertad por las deficiencias en la investigación que realiza el MP.

Ninguna otra víctima oficial 

“He recibido mensajes de personas que han sido víctimas, pero aún tienen miedo de hablar”, dice Sergio. Eso concuerda con los relatos que se compartieron en las distintas redes sociales. 

Sergio supo del caso de otro muchacho que fue abusado sexualmente, pero que decidió  únicamente pedir el kit de emergencia que da el Ministerio de Salud para evitar infecciones de transmisión sexual. Prefirió no presentar una denuncia formal para evitar el largo proceso judicial. 

Solo en marzo de 2024 el Instituto Nacional de Ciencias Forenses, realizó 52 evaluaciones médicas por violencia sexual cometida contra hombres. Esa cifra contrasta mucho con las realizadas en mujeres que asciende a 583. 

“La verdad es lamentable porque sí, uno quiere que se haga justicia, pero también tiene que colaborar con el Ministerio Público y las investigaciones. Sé que es desgastante física, emocional y económicamente. Pero es una lucha necesaria”, afirma Sergio. 

El acompañamiento psicológico que ha recibido Sergio lo ha ayudado a enfrentar este proceso Explica que su miedo a veces disminuye gracias a que la policía tiene comunicación con él como parte de las medidas de seguridad que se le dieron. 

“Hago un llamado a las demás personas que aún están guardando silencio. Se que es difícil para muchos por el hecho de ser hombres y reconocerse públicamente como víctimas de un delito como este, pero es necesario para que estas personas paguen por el daño que hacen”, dice. 

Está seguro que la única forma de poner un alto a estas bandas es rompiendo el miedo a hablar. Pero para hacer esto primero hay que vencer el tabú a hablar de la violencia sexual contra hombres.

El mismo machismo genera que los hombres lleguen a sentir vergüenza o miedo de ser juzgados o no ser tomados en serio si hablan de su experiencia. Eso solo les empuja al silencio y perpetúa la impunidad de los agresores.

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