Hay algo muy injusto en la forma en que se recaudan impuestos en Centroamérica. Los sistemas de nuestros países cargan más presión sobre quienes menos tienen.
Marlen González ha trabajado durante 41 años. Ha sido encargada de limpieza, cocinera, niñera, jardinera, lavandera, consejera, enfermera, cuidadora de mascotas y más. Pero nunca ha recibido un sueldo por ello y tampoco podrá jubilarse. La razón es simple, su trabajo no es reconocido por el Estado de Guatemala. Ella es ama de casa.
Mientras te cuesta pagar tus impuestos y llegar a fin de mes, hay otros que aprovechan varios trucos para aumentar sus ganancias ¿El resultado? Un Estado desfinanciado.
Para los repartidores de Uber Eats, algunos días son buenos y otros no tanto. Los trabajadores de las APP de delivery tienen jornadas de hasta 12 horas diarias, conducir decenas de kilómetros y solo ganar Q50 —US$6—. En la ruta, la protección por accidentes o robos tampoco está garantizada, aunque su vida está en peligro todos los días.