Giammattei saca provecho de la resurrección de Sandra Torres y la necesidad de Zury Ríos

La capacidad del presidente Alejandro Giammattei para influir en el tablero electoral de 2023, la resurrección de Sandra Torres y los intereses de Zury Ríos sellan una alianza legislativa.
Ilustración: Herbert Woltke

A final de año hay dos cosas que le quitan el sueño a las y los diputados: la elección de la Junta Directiva y la aprobación del Presupuesto General de la Nación. Hoy los oficialistas pueden dormir un poco más tranquilos.

Hace una semana las cosas eran muy distintas porque algunas de las bancadas que eran aliadas de Giammattei decidieron darle la espalda. El partido oficialista, con solo 17 votos, no puede hacer nada sin alianzas de por medio.

El distanciamiento con el Partido Humanista, el Partido Unionista y algunos diputados de CREO y Viva, parecía marcar el fin del control del Ejecutivo sobre el Congreso.

¿Qué pasó entonces? 

Para entenderlo hay que tener dos factores en cuenta y ambos tienen que ver con las elecciones de 2023. Sí, la campaña electoral ya está en juego.

  1. Sandra Torres y la resolución que le devolvió la vida. 

Tras ser acusada por financiamiento electoral ilícito, tener arraigo domiciliar y ser expulsada de la UNE por un grupo de diputados disidentes, el fin político de Sandra Torres parecía estar escrito.

Sin embargo, hace una semana, el TSE resolvió que Torres debía volver a ser la secretaria general de la UNE.

Antes de esa resolución Torres controlaba a un grupo de 20 diputados uneistas, hoy aportó 32 votos sin los cuáles el oficialismo no habría ganado esta batalla. 

¿Qué gana Torres? Se quedó con la primera vicepresidencia y gana, sobre todo, la influencia de Giammattei, para que el TSE mantenga con vida sus aspiraciones electorales.

Una fuente del partido confirma la desbandada de diputados “sandristas”. Saben que Sandra Torres tiene pocas posibilidades de ser presidenta, pero que tiene arrastre como para asegurarles la reelección en el Congreso.

  1. Zury Ríos y la Corte de por medio

El presidente Giammattei tiene una importante influencia en la Corte de Constitucionalidad, especialmente con las magistradas Leyla Lemus y Dina Ochoa, y el magistrado  Néster Vásquez. En algunos casos necesitará del apoyo de los magistrados cercanos a Zury Ríos, Luis Rosales y Roberto Molina Barreto.

Aunque se necesitan mutuamente, Ríos dependerá de los magistrados de Giammattei para poder competir en 2023. Por eso, aunque en algunos momentos el partido Valor aparenta ejercer oposición, al final termina siendo un aliado más del Ejecutivo. Hoy Zury Ríos aportó 8 votos clave.

Es lo mismo que pasó con Alejandro Sinibaldi y Manuel Baldizón, para fines electorales parecían ser enemigos pero para fines de poder y negocios eran aliados.

Cada voto cuenta

Ambos apoyos, el de Sandra Torres y el Zury Ríos, destacan por sus ambiciones electorales pero también hubo otras alianzas claves:

  • El retorno de Felipe Alejos que hace unos años se volvió crítico acérrimo de Giammattei pero que ahora, caído en desgracia y con menos poder político, regresa buscando una cuota de poder. Su partido, Todos, aportó 7 votos.
  • FCN, el partido de Jimmy Morales también endosó 8 votos.
  • La UCN aportó 12 diputados y mantuvo su influencia en la Junta Directiva. Eso sí, para evitar el desgaste que provocaba la presencia de Sofía Hernández (con un sobrino acusado de narcotráfico), colocaron a la diputada Carolina Orellana.
  • Los diputados faltantes para juntar el mínimo necesario de 101 votos los consiguió el Ejecutivo en bancadas pequeñas y dos independientes. Eso explica la prisa del oficialismo para hacer la elección antes que los votos se le cayeran.

El resultado final de la conformación de la Junta Directiva es una mezcla de diputados que se han enriquecido siendo contratistas del Estado y diputados acusados de corrupción.

¿Sorprende lo que ha pasado hoy? Quizás no. Lo que hemos visto es otra muestra de cómo los grupos políticos que controlan la Guatemala post-CICIG, son capaces de dejar de lado sus diferencias para no perder el poder. 

Claro, nada está escrito en piedra. Las elecciones parecen lejanas, pero todos los políticos están actuando con miras a 2023. Por ahora el objetivo inmediato es la repartición del Presupuesto General, esa misma que el año pasado encendió la indignación ciudadana y provocó la quema del Congreso.

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