Delivery apps: el precio humano por los envíos de bajo costo

Para los repartidores de Uber Eats, algunos días son buenos y otros no tanto. Los trabajadores de las APP de delivery tienen jornadas de hasta 12 horas diarias, conducir decenas de kilómetros y solo ganar Q50 —US$6—. En la ruta, la protección por accidentes o robos tampoco está garantizada, aunque su vida está en peligro todos los días.

La tarde del 13 de septiembre fue atípica para las personas que transitan la zona 10 de la Ciudad de Guatemala, donde están algunos de los centros empresariales más grandes del país.

Decenas de repartidores de aplicaciones de delivery manifestaron y entre ellos estaba Estuardo Castellanos, de 32 años.

Estuardo Castellanos es paciente renal crónico y debe someterse a tratamientos médicos —hemodiálisis— todos los lunes, miércoles y viernes, de 6 a 10 de la mañana. Su enfermedad no debería ser una limitante para trabajar, pero por eso le han negado empleos formales, la mayoría en call centers y restaurantes.

La larga y desesperante búsqueda de un empleo que le permitiera continuar con su tratamiento y ganar dinero terminó en enero de 2020, cuando comenzó a repartir comida en la aplicación de Uber Eats.

“Un amigo mío trabajaba en eso y me decía que lo pagaban muy bien. Esa fue la razón principal por la cual me decidí a tomar este trabajo. Y porque te da chance de hacer otras actividades adicionales. Ahora mi único sustento es Uber Eats”, cuenta Estuardo, bachiller en computación.

Años atrás parecía una buena salida laboral. Recuerda que podía ganar un salario mínimo diario —Q104 actualmente (US$13)— con cuatro viajes. Pero eso cambió. Ahora ganar esa misma cantidad de dinero al día puede costarle diez viajes o más.

El impacto no solo es percibido en el bolsillo, asegura. Tener que realizar más viajes también implica menos horas de cuidado personal, tiempo en familia y descanso.

“Yo tengo un hijo de tres años y medio y mi esposa, que está embarazada. Paso menos tiempo con mi familia porque los sábados y domingos, cuando hay mayor demanda, tengo que trabajar casi 12 horas diarias para sacar algo”, explica.

Bloqueos por tarifas justas

Así como Estuardo, muchas personas dependen de los ingresos de las plataformas de delivery para sobrevivir. Varias de ellas comenzaron a expresar su molestia por la reducción de los pagos en un grupo de Facebook.

El descontento los motivó a organizarse. El 13 de septiembre de 2023 un grupo se reunió en la Calzada Roosevelt, otro en el Naranjo y otro en la zona 10 capitalina, para luego ir a las oficinas de Uber en el Centro Internaciones, un edificio ubicado en la Diagonal 6.

La idea inicial era expresar las inconformidades a la empresa con una plática formal, pero, según Estuardo, la petición no fue atendida. Entonces decidieron manifestar de otra manera y ubicaron sus motos a lo largo de la calle.

La protesta inició a la 1 de la tarde y terminó a las 4. “Fueron alrededor de 70 personas. Eran repartidores de El Naranjo (Mixco), zonas 10 y 15 de la Ciudad y otros lugares. Y a los otros repartidores que pasaban por allí les decíamos que se unieran”, agrega Estuardo.

Los trabajadores organizados vieron la primera reacción de Uber el mismo día de la protesta, pero a la vez desconfiaron de la medida.

A veces, la aplicación crea desafíos para los repartidores, como si se tratase de un videojuego, y propone una meta de viajes a cambio de una cantidad de dinero adicional a lo recibido por el resto de pedidos en el día.

“En el transcurso de la tarde, durante la manifestación, dijeron que iban a habilitar un desafío de 7 viajes por Q116, pero solo fue para callarnos y que nos fuéramos. Luego ya no dieron más desafíos”, señala Estuardo.

Más de un mes ha transcurrido desde entonces y el problema no ha sido resuelto.

“Después de haber bloqueado la Diagonal 6, la representante de Uber Eats dijo de que se iban a mejorar las tarifas en el transcurso de la semana, pero hoy el jueves 21 de septiembre las tarifas no habían cambiado”, cuenta el repartidor.

Al ser consultada, Uber Eats dijo que están dispuestos a dialogar con los trabajadores y reiteró que “cuando así lo requieran, los socios repartidores pueden agendar una cita para visitar el centro de atención o contactar a soporte en los enlaces proporcionados por el equipo de Uber Eats vía correo electrónico”.

Medio día en ruta sin beneficios

En Guatemala, la ley establece que una jornada laboral dura ocho horas. Para los repartidores de Uber Eats esa no siempre es la regla. La plataforma permite que los repartidores puedan conectarse hasta 12 horas. Algunos las toman completas, otros no. Todo depende de cuántos pedidos reciban.

“Tú trabajas conforme a lo que quieras sacar de dinero. Si tienes un buen día, puedes ganar muy bien, sino, te vas a tu casa con Q50 a esperar que el otro día sea mejor”, dice Estuardo.

A diferencia de otros trabajos en Guatemala, las plataformas de Delivery no ofrecen a los trabajadores los beneficios que la ley exige para los empleados y empleadas.

Ante esto, Uber Eats señala que los repartidores pueden ver los costos y ganancias que implica cada viaje, para luego decidir si tomarlo o no. “Pueden elegir el tipo de entregas que desean realizar según sus expectativas en cuanto a ganancias, ubicación o distancia, y pueden rechazar aquellas que no les parezca sin que esto tenga ningún efecto en su experiencia futura con el uso de la aplicación”.

Para Estuardo, las garantías más importantes para un trabajador en Guatemala son su seguridad y cobertura de salud. Él no tiene acceso a ninguna de las dos.

“Quien tiene prestaciones tiene el IGSS, pero así como uno que no tiene, debe ir a los hospitales nacionales, donde no te atienden y no tienen medicamentos. Aparte, la aplicación tiene una opción para llamar en caso de accidentes durante el viaje. Un día tuve un accidente, pero me llamaron hasta tres días después y me cobraron la orden”, agrega.

Garantizar mejores condiciones para este tipo de empleos recae en las instituciones públicas. Otros países han dado los primeros pasos.

El caso más reciente es el de Argentina. El 11 de septiembre de 2023, la Ministra de Trabajo, Raquel Olmos, anunció que presentará una iniciativa de ley para ampliar los derechos laborales de los trabajadores de plataformas digitales.

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