Guatemala es el cuarto peor país en inmunización contra la Covid-19 de Latinoamérica. Solo el 1% de la población ya está inmunizada, es decir, solo una persona entre 160 mil ya tiene administradas las dos dosis de la vacuna.
Gerardo Herández, director del Hospital General San Juan de Dios, calificó el martes 6 de julio como “el peor” día de la pandemia, debido a la ocupación del 400% de la capacidad de dicho hospital.Un año después ya sabemos cómo se comporta el virus y cómo evitarlo, ya hay pruebas disponibles para detectarlo y sobre todo vacunas. ¿Por qué entonces estamos tan lejos de controlar la pandemia?
- Los mensajes contradictorios del Presidente
Como presidente, Giammattei tuvo a su disposición tiempo en radio, televisión e internet para comunicarse con el país. Además de su cargo, como doctor, tenía la responsabilidad de explicar la situación y su gravedad. Sin embargo optó por mensajes contradictorios y por minimizar los riesgos.
Primero dijo que el coronavirus solo era “una gripona” y los negocios no debían cerrar si llegaban pocos clientes, promovió en diferentes ocasiones “ir a la playa” en semana santa y “recetó” Ivermectina como sustituto de la vacuna.
Frecuentemente hubo cambios drásticos en las medidas de distanciamiento, las disposiciones se intentaban explicar en largas cadenas televisivas que resultaban confusas y de un día para otro, cuando la pandemia llegó a su punto más alto, el mandatario no volvió a aparecer ante las cámaras.
Lucrecia Herández Mack, diputada y exministra de Salud, explica que este “intento de publicidad informativa” provocó que la población no se tomara en serio la pandemia. “Giammattei generó vacíos de información que él promovió, al decir que solo era necesario aplicar gel o tomar Ivermectina. Con eso solo logra liderar la cuarta ola de contagios”.
Leé más sobre cómo el Presidente contradijo las disposiciones que él mismo impuso en esta nota de Agencia Ocote.
- ¿Había un plan de vacunación?
Desde que inició la pandemia se sabía que tarde o temprano habría vacunas y que sería necesario lanzar una gran campaña de inmunización. Pese a que ya hay instancias con experiencia en este tema decidieron crear un Comité Nacional de Coordinación para la Vacunación contra el Covid-19 y los resultados no han sido alentadores.
Las personas pueden optar por una vacuna solo si se registra previamente en internet. Esto en un país donde sólo el 29.3% de los hogares tienen acceso a la red. Las fases de vacunación han sido confusas, no se supo priorizar a las personas con comorbilidades y tampoco se planificó acorde a la disponibilidad de vacunas.
El retraso en la inmunización se agravó por el problema para comprar vacunas. El ministerio de Salud no diversificó la compra de las vacunas y compró 16 millones de dosis de la vacuna Sputnik V, de las cuales solo ha recibido 860 mil. Debido a este error de gestión solo el 1% de la población tiene las dos dosis aplicadas.
Karin Slowing de Laboratorio de Datos, explica que la gestión de Giammattei ha sido cuestionable desde que comenzó la pandemia. “Es un desastre continuo. Hay mucha opacidad, sospecha de compras inadecuadas, procedimientos y contratos cuestionables, pero el problema mayor es que no tenemos vacunas suficientes para la demanda. Si no fuera gracias a las donaciones de otros países, no habrían personas vacunadas”.
Conocé más sobre la tardanza en aprobar la ley para acceder a más vacunas, en nuestra nota
- Poca transparencia durante la crisis
¿Dónde está el dinero?, es una de las demandas ciudadanas que más se han repetido. Para enfrentar la pandemia se contrajo préstamos, hubo readecuaciones presupuestarias y se formuló el presupuesto más grande que ha tenido el Ministerio de Salud, sin embargo la escasez de insumos continúa.
En este año hubo compra de pruebas de Covid-19 falsas, se ocultó información sobre la pandemia; el gobierno le compró mascarillas a un condenado por un caso de corrupción a un precio 18 veces más caro que el precio regular; un amigo del hijo de Giammattei, dueño de una empresa de artículos electrónicos, le vendió Q12 millones en insumos médicos a la misma cartera. Estas son solo algunas de las compras con dudas realizadas en medio de la crisis de salud.
La diputada Lucrecia Hernández, señala que han habido muchos actos de corrupción y recuerda que esa fue una de las razones por las que el primer ministro de Salud, Hugo Monroy, fue destituido. Sin embargo la destitución no fue un castigo, Monroy ahora dirige un programa multimillonario para la construcción de hospitales.
Más sobre la contratación de Giammattei en esta nota de Vox Populi
- Los hospitales prometidos sin médicos ni medicinas
Giammattei ofreció la construcción de 5 hospitales temporales para atender la emergencia de Covid-19. También ofreció dotar al Hospital del Parque de la Industria de 3000 camas. Al final, más que construir, lo que el gobierno hizo fue adecuar edificios para convertirlos en hospitales temporales que no presentan las condiciones necesarias para tratar a las y los pacientes.
El otro gran problema es que el gobierno tampoco logró coordinar la contratación del personal de salud necesario para atender la crisis sanitaria. En este año hubo protestas de salubristas que pasaron casi 8 meses sin cobrar un salario. También hubo recortes inesperados de personal, sanciones por dar declaraciones sobre el estado de los hospitales y otro tipo de malos tratos laborales a quienes trabajan en primera línea.
Eddy Cux, analista de Acción Ciudadana, explica que los esfuerzos se dirigieron a la creación de hospitales, más no en mantenerlos según los requerimientos y necesidades. “No se gestionó y garantizó los insumos necesarios, ni se favorecieron las condiciones del personal de primera línea. El resultado fue el contrario. Abandonaron al personal de salud que tuvo que protestar por condiciones dignas de trabajo”.
Leé más en esta nota de ConCriterio sobre la inauguración de un hospital que no estaba listo para atender a pacientes de Covid-19.
- El semáforo que nadie respeta
El semáforo epidemiológico es uno de los legados que dejó la Comisión Presidencial Contra el Covid-19, una instancia de poco tiempo de vida que fue presidida por el doctor Edwin Asturias. Su objetivo era establecer un parámetro técnico para saber qué medidas de distanciamiento social eran necesarias según el número de casos en cada municipio.
El semáforo presentó varios problemas. Primero, no es supervisado por ninguna institución que penalice o castigue cuando no se cumple. La municipalidad de San Juan Sacatepéquez, por ejemplo, indicó que celebrarán la feria patronal a pesar de estar en semáforo rojo. El Ministerio de Salud no se ha pronunciado.
“Actualmente las autoridades se resisten a poner medidas de contención sin importar la situación de aumento de casos y el irrespeto a la alerta que marca el semáforo. Contradicen ellos mismos los instrumentos que se crearon para gestionar la epidemia”, dijo Karin Slowing.
Conocé más sobre los criterios para que escuelas y colegios regresen a la normalidad en esta nota de Plaza Pública.