La palabra cannabis conduce a pensar directamente en marihuana, risas o relajación. Sin embargo el cannabis es un grupo de plantas, entre las que se encuentra la mariguana pero que también incluye a otras, como el cáñamo industrial, la cual, no es psicotrópica.
Estas son las diferencias básicas:
- Marihuana (Cannabis sativa L. subespecie Indica), que posee más concentración de tetrahidrocannabinol (THC), el componente que la cataloga como un psicótrópica, y, por ende, una droga.
- Cáñamo industrial, o, HEMP (Cannabis sativa L. subespecie sativa), posee una concentración mínima de THC. En su lugar, es rico en cannabidiol (CBD), un componente terapéutico que incluso, se utiliza para tratamientos para la epilepsia.
Es esta segunda variedad de cannabis (no psicotrópico) la que está captando la atención de la industria para la elaboración de muebles, textiles, productos de cuidado personal, medicinas, plásticos, alimentos e, incluso, para la construcción.
En el pasado, ésta última era muy común en algunas regiones del mundo al hablar de textiles, medicinas, aceites y hasta combustibles.
Debido a la confusión con respecto a las dos plantas —del mismo grupo —, la producción de cáñamo con fines industriales disminuyó a nivel mundial. Y, solo hasta hace unos años, retomó fuerza en países como China, Canadá y España.
También, países como EE.UU. y Reino Unido, cuentan con una industria en desarrollo. A nivel latinoamericano, México, Ecuador, Colombia, Chile, y, recientemente Panamá, cuentan con regulaciones para el sector ya que representa un mercado atractivo.
Beneficios y oportunidades
El cáñamo industrial es una planta muy versátil y con muchas ventajas. A diferencia de otras plantas industriales, consume menos recursos en su producción, todas sus partes pueden ser aprovechadas y su consumo es nutritivo pues es fuente de vitamina E, omega 3 y 6.
Además sus propiedades terapéuticas pueden ayudar a calmar y aliviar dolor, sin los efectos psicotrópicos de la marihuana.
“En un país como Guatemala, donde existe tierra para cultivo, conocimiento sobre agricultura y grandes oportunidades de comercio para este tipo de producto, la siembra de cáñamo industrial podría significar crecimiento económico sostenible para las comunidades”, dice Andrés Arroyo Unda, un abogado que está impulsando la industria.
Esta nueva industria implicaría nuevos empleos, mercados, impuestos, ahorro de recursos, menos daño a la tierra y una oportunidad ideal para reactivar e impulsar la economía local, añade.
Por qué el cáñamo está prohibido
Las leyes contra cannabis engloban a todos los tipos de esta planta. Así que el cáñamo industrial está tan prohibido como la marihuana. Como breve comparación, básicamente es como si las leyes prohibieran toda la siembra de cítricos, y por ende, no se puedan sembrar naranjas, mandarinas, toronjas, etc.; a causa de los efectos que produce el limón.
La Asociación Cáñamo Industrial Guatemala (CAÑIG) busca concientizar sobre el tema y hacer del cáñamo industrial una nueva oportunidad económica para Guatemala.
“Estamos trabajando en una iniciativa de ley integral y técnica para impulsar una reforma legislativa que legalice únicamente el cáñamo industrial”, dice Arroyo.
La idea fundamental es promover el cultivo de cáñamo industrial e involucrar a las comunidades en su producción y transformación para fomentar nuevos negocios.
El futuro del cannabis en el país sigue siendo incierto pero, tras conocer las diferencias y los beneficios que el cáñamo industrial posee, la idea de legalizar al menos una de estas plantas, no parece tan descabellada.