¿Qué pasó con las vidas de Orgullo y Digna Resistencia?

Después de 6 meses y de contar 16 historias, la serie Orgullo y Digna Resistencia llegó a su final. Lo celebramos con una cena para compartir y reflexionar sobre los impactos y reacciones que la serie generó en quienes contaron sus historias.
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Orgullo y Digna Resistencia cuenta la historia de 16 personas que han encontrado en el arte, la música, el activismo, la política y la religiosidad popular, una forma de expresar su identidad.

Estas voces se suman a reducir las brechas de desigualdad que las personas LGBTIQ+ enfrentan, mientras inspiran a formar parte de espacios seguros para todes. 

Expresar su derecho al amor y la libertad de ser contribuyó a conectar con otras personas que aún están en proceso de reivindicarse desde su orientación sexual e identidad de género.

En una cena, organizada por Quorum e Hivos Guatemala, las personas protagonistas de la serie se encontraron para conversar sobre su experiencia tras participar en la serie.

La primera vez

A excepción de su mamá, nadie más en la familia de Vale Cabrera conocía su orientación sexual hasta que participó en la serie. Para Vale, haber hablado en público le permitió que las personas a su alrededor la conozcan tal y como es y abrió un espacio de confianza con quienes aún no han podido expresar su sexualidad.  

Esto mismo sucedió con Marcos “de San Marcos” Rodas, quien optó por proyectar el vídeo de su historia en un televisor, durante una reunión familiar, para salir del clóset frente a todas y todos al mismo tiempo. Aunque estaba nervioso, el resultado fue bonito. Su familia lo apoya y Marcos compartió conmovido que desde ese momento su mamá no duda en defenderlo de cualquier cuestionamiento.

Lo diverso en la diversidad

Para Pedro Pablo fue importante poner en el debate público lo que es ser gay y sordo. Da testimonio de cómo vivir con una discapacidad y ser una persona LGBTIQ+ implica una doble discriminación en Guatemala. 

“Agradezco que estas historias van a marcar a muchas personas”, dijo Pedro Pablo, quien además es artista drag. Estaba ansioso y estresado antes de la publicación de su historia, pero afirmó que fue un acto liberador para él. 

Orgullo y Digna Resistencia también narra las experiencias de las personas LGBTIQ+ desde las distintas realidades de la ciudad. Algunas muy duras, donde las condiciones de vulnerabilidad que viven las personas de la diversidad sexual cruzan con la criminalidad y violencia.

Esta es la historia de Tony Rivas Cahuex o más conocido como Profe Tony, por su vocación a la educación y las Ciencias Sociales. 

Tony sabe que en su barrio es difícil hablar de su orientación sexual porque su vida puede estar en riesgo y tampoco puede hablarlo en la escuela que trabaja porque las familias tienden a desconfiar. Pesé a ello, él cree en los cambios y por eso tomó la palabra en esta serie. 

El resultado fue que los lazos de confianza con sus estudiantes se fortalecieron, ellos saben que pueden confiar en su profesor sin ser juzgados o señalados por su orientación sexual. 

Fortalecer la comunidad

La religión es un espacio que tradicionalmente no ha sido inclusivo con las personas LGBTIQ+. Jairo Lemus rompe con esa separación. Ejerce su resistencia desde los espacios religiosos. Contar su historia le permitió a Jairo abrir la puerta para que su existencia no sea negada, además de crear lazos que fortalezcan la comunidad diversa. 

De este mismo espacio viene Víctor Abel, un joven que incluso creyó que debía servir como sacerdote. Por eso, para él la serie significó recordar que las personas tienen derecho a vivir su espiritualidad como viven su sexualidad. Haberlo expuesto en público le llenó de energía porque también está comunicando a otros jóvenes que pueden acompañarse en estos procesos.   

Cambiar las narrativas sobre las personas LGBTIQ+ contribuye a erradicar los prejuicios y crear espacios positivos de representación para todas y todos. La serie  logra eso, aseguró el artista del Drag Badass Joto o Eduardo Mansilla. “Es un mensaje para toda la gente, que no tengan miedo”, afirmó.

Ver al pasado para construir el futuro

Ilse Jeaneth Contreras, reconoció lo importante de hablar en público y marcar la existencia de las mujeres adultas trans, que son invisibilizadas. Las personas mayores en muchos casos son olvidadas en la sociedad, esa marginalización afecta aún más a las mujeres trans porque muchas  nunca fueron aceptadas en sus familias. 

A Ilse le impactó mucho poder rememorar públicamente a las mujeres trans que ya no están. Sus amigas, con las que compartió los primeros pasos de la resistencia en tiempos aún más difíciles para las personas LGBTIQ+.

Cada testimonio representa un acto reivindicativo para las personas LGBTIQ+ en Guatemala. Las y los protagonistas de la serie contribuyen a la construcción de sociedades menos violentas y más equitativas. 

Para Quorum fue importante escuchar con atención para escribir cada historia con las palabras de sus protagonistas. Las gracias y comentarios de acompañamiento no hicieron falta en cada publicación. 

El periodismo contribuye a cambiar las narrativas violentas contra la diversidad. Acompañar y compartir cada historia fue mostrar voces históricamente silenciadas, fue recordar que entre más adversos son los contextos sociales, más importante es estar orgullosos, celebrar y resistir desde nuestras identidades.

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