El diputado que construyó su carrera sobre calles de terracería en Quiché

Quiché, el cuarto departamento más grande de Guatemala, está atravesado en su mayoría por caminos de tierra y carreteras en mal estado. Esas rutas polvorientas o lodosas, según el clima, hacen que ir a la escuela tome dos o más horas, que las pocas ambulancias del área lleguen demasiado tarde a sus destinos o que la competitividad esté por los suelos. Un ingeniero civil del municipio de Chicamán que pasó por una empresa constructora, un escaño en el Congreso y el Ministerio de Comunicaciones, y tuvo la oportunidad de oro para resolver ese gran problema, le quedó debiendo a su comunidad. Y a pesar de eso, estará en el Congreso por cuatro años más.

Edmundo Lemus no es el tipo de político que tiene poder gracias a su liderazgo o popularidad. Su nombre apenas comenzó a ser relevante en la política a finales de 2019. Para ese entonces ya había ganado la elección como diputado del distrito de Quiché y se preparaba para dar un salto al gobierno central una vez que Alejandro Giammattei empezara a gobernar.

Ambos cargos fueron oficiales a principios de 2020. Giammattei tomó posesión y juramentó a Lemus como ministro el 14 de enero. Ese mismo día, unas horas antes, había pedido un permiso especial al Congreso para dejar su escaño y poder integrarse al gabinete de gobierno.

“Él ni siquiera era muy conocido hasta que tuvo una función pública. Ahora le llaman el nuevo cacique de Quiché y definitivamente lo es”, dice Mario López, de la Asamblea Departamental Multisectorial de Quiché (ADMQ), un colectivo de organizaciones sociales y populares que buscan mejorar la calidad de vida del departamento y el país.

Un nuevo negocio y el legado político

Las personas de Quiché no conocían a Edmundo Lemus tanto como él conocía a su tierra. Sobre todo a Chicamán, un municipio al norte de Quiché y a 96 kilómetros de la cabecera, Santa Cruz del Quiché. Allí nació y estudió la primaria y los básicos.

Chemundo, como también lo conocen, es un ingeniero civil graduado de la Universidad de San Carlos. La profesión le permitió fundar a sus 27 años la empresa familiar Ingeniería y Construcciones Lemus (Incol) y recorrer el Quiché mientras recibía millones de quetzales en contratos con el Estado.

Esas condiciones le permitieron a la empresa de Edmundo Lemus recibir Q58.4 millones entre 2006 y 2014, en contratos de obras para distintas municipalidades de Quiché, organizaciones no gubernamentales y el Ministerio de Comunicaciones.

El negocio rendía frutos y Lemus decidió dar el salto a la política.

Ese mundo no era completamente ajeno a él. Su padre, Josué Absalón Lemus Hidalgo, fue alcalde de Chicamán de 1991 a 1993 con la antigua Unión del Centro Nacional.

Edmundo Lemus continuó ese legado político en 2015. No en el pequeño municipio de Chicamán como su padre, sino representando a todo el distrito de Quiché como candidato a diputado.

Edmundo Lemus durante la campaña que llevó a Giammattei a la presidencia. Foto: Vamos.

Con Giammattei, el premio fue doble

La experiencia le enseñó a Edmundo Lemus que es mejor esperar antes de cantar victoria. En 2015 ya se había lanzado como candidato a diputado con el partido UNE, de Sandra Torres, y ganó la elección. Pero no pudo asumir el cargo.

Según la Ley Electoral, un contratista del Estado no puede aspirar a ser diputado. Entonces, el ingeniero todavía tenía que recibir pagos del Fondo Nacional para la Paz ―una institución que hasta 2015 era la encargada de las obras públicas con impacto social―, por obras ejecutadas por su empresa. Por eso, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) consideró que no podría ser diputado para el periodo 2016-2020.

Así que en 20219 encontró una nueva oportunidad con el partido Vamos, de Alejandro Giammattei y ganó. Esta vez sin impedimento para ser juramentado como diputado.

Pero Giammattei quería a Edmundo Lemus al frente del Ministerio de Comunicaciones, que no solo es el encargado de construir nuevas carreteras y obras públicas, sino también tiene a su cargo la gestión de las telecomunicaciones y programas de viviendas. Su gestión terminó el 29 de junio de 2021 y no pasó para nada desapercibida.

El Ministerio Público vinculó al exministro y al diputado Jorge García Silva en un caso de corrupción en el Insivumeh ―el sistema meteorológico nacional―. La investigación planteó que García Silva intervino para que empresas vinculadas a él le vendieran equipo meteorológico al Insivumeh por al menos Q30 millones. Lemus, como ministro, habría autorizado las compras.

García Silva es el único que puede ser investigado en el caso, pues la Corte Suprema de Justicia le retiró la inmunidad. Por el contrario, Edmundo Lemus todavía tiene el derecho de antejuicio y no puede ser investigado por este ni ningún otro posible caso que lo alcance.

Pero los escándalos no quedaron ahí. Investigaciones de prensa expusieron que el Ministerio de Comunicaciones, bajo el mando de Lemus, le otorgó contratos millonarios a empresas vinculadas a funcionarios. Por ejemplo:

  • Q141 millones en contratos para las empresas de la exsocia del diputado de Vamos, Allan Rodríguez.
  • Q146 millones en contratos de obra pública para los primos del exdirector de Caminos, Fredy Chojolán.
  • Q18 millones en dos contratos para constructoras vinculadas al diputado Julio Lainfiesta.

Además, en febrero de 2022, El Faro publicó una investigación que señala al presidente Alejandro Giammattei de haber recibido Q20 millones para su campaña de 2019, provenientes de sobornos a constructoras. El trato habría sido pactado con José Luis Benito, el último ministro de Comunicaciones del gobierno de Jimmy Morales.

Edmundo Lemus durante la transición de gobierno entre Jimmy Morales y Alejandro Giammattei. En ese momento ya era presentado como el futuro Ministro de Comunicaciones.

José Luis Benito no tuvo un puesto en el gobierno de Giammattei, pero sí cuatro empresas señaladas en el caso de financiamiento anómalo, de acuerdo con la investigación de El Faro.

Durante la gestión de Edmundo Lemus, las empresas SCM Sociedad Anónima, Constructora J.J.R.M, Proyectos Múltiples Prourba y Coamco recibieron Q118 millones en contratos de obra pública.

Luego de un periodo empañado por esas anomalías, Lemus regresó a su silla en el Congreso con la bancada Vamos. En 2023 buscó permanecer en esa posición con el partido y ganó otra vez una diputación en Quiché, junto con Greicy De León y Manuel Alvarado.

La campaña en Quiché se construye sobre tierra

La infraestructura vial de calidad es hasta hoy una de las deudas más grandes que los gobiernos han tenido con Quiché. Hasta mayo de 2023, apenas el 31% de los 1,266 kilómetros de rutas en el departamento estaban asfaltadas o pavimentadas, según los registros del Ministerio. El resto son caminos de terracería o caminos rurales, que representan el 69%.

Fuente: Ministerio de Comunicaciones, 2023.

Además, Lemus autorizó 72 proyectos de infraestructura vial en Quiché. Estos fueron valuados por más de Q872 millones, según el Sistema Nacional de Inversión Pública (Snip), uno de los portales de transparencia del Gobierno.

“No es que no se haga obra pública en Quiché, sino que sí se han hecho obras pero son de maquillaje. No es obra de calidad y cada vez más la gente se da cuenta de eso, porque a cada rato hay que hacer reparaciones”, comenta Amparo Gómez Grijalva, politóloga de Santa Cruz del Quiché.

En redes sociales y entrevistas con medios locales, Lemus presentaba las obras gestionadas en Quiché como el principal motivo para votar por él. No todas las personas en Quiché lo perciben así.

El impacto por la deficiente infraestructura vial de Quiché es mayor para las personas que dependen del transporte para subsistir, como Delfino Natareno Girón, presidente de la Gremial de Transportistas de Quiché.

“Edmundo Lemus fue una de las autoridades más chuecas que hemos tenido. Un tipo arrogante e incapaz. Desde un principio pedimos audiencia para hablar con él y ver la problemática de las carreteras de Quiché y nunca nos atendió. Él es de aquí y con la investidura que tenía de Ministro hubiera hecho maravillas”, lamenta.

Quorum intentó entrevistar a Lemus, pero el funcionario no respondió a la solicitud.

Si Lemus, primero como ministro y luego diputado, no atendió las necesidades de su departamento, ¿cómo logró ser reelecto para cuatro años más en el Congreso? Para Amparo Gómez Grijalva la respuesta está en las dinámicas locales de los partidos y de los votantes.

¿Cómo ganar las elecciones?

Desde el 2011 los partidos que ganan más alcaldías en Quiché tienden a conseguir más escaños para diputados distritales.

  • En las elecciones de 2011, la coalición UNE-Gana dominó el territorio con 11 de las 21 alcaldías y cuatro de los ocho escaños para Quiché en el Congreso.
  • En 2015, Lider tomó el control, con nueve alcaldías y tres diputados.
  • Para el 2019 la UNE retomó el poder local con 12 alcaldías y tres diputados.
  • Este 2023, Vamos ocupó el lugar de la UNE, con 12 alcaldías y tres diputaciones, incluyendo la de Lemus.

“Allá la gente no vota por perfiles políticos o de funcionarios públicos, sino por la popularidad de un partido. Los diputados de Vamos no quedaron porque la gente confíe en ellos o los ubique, sino porque hubo mucha publicidad para el poder local de Vamos”, explica la politóloga.

Lemus y Giammattei durante una inaguración de obra pública.

Viejos problemas, nuevas resistencias

Quiché es el segundo departamento con menor competitividad de Guatemala, según el Índice de Competitividad Local (ICL) de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala. En una escala del 0 a 100, su competitividad es de 40.7.

Gran parte de ello se debe a la ausencia de puentes y carreteras de calidad, que limitan las inversiones, el acceso a mercados y el desarrollo económico del área.

Mario López, de la Asamblea Multisectorial de Quiché, considera necesario que las autoridades terminen de construir la nueva ruta de Santa Cruz del Quiché (al sur del departamento) hasta Ixcán (al norte).

La carretera es importante porque Ixcán es uno de los mayores productores de cardamomo y ese producto representó Q408.8 millones en exportaciones para el país solo en 2022.

El costo también se traduce en tiempo para quienes viajan.

A finales de 2021 fue habilitada una carretera alterna para viajar de Santa Cruz del Quiché hasta el departamento de Guatemala. En verano, las personas pueden ahorrarse entre media hora hasta 45 minutos de ruta. Pero en invierno, los derrumbes imposibilitan el paso.

Para quienes trabajan en el negocio de transporte pesado, las pérdidas económicas son millonarias. Delfino Natareno Girón comenta que 90 buses de la gremial viajan diariamente al departamento de Guatemala, con un consumo diario de Q900 de diesel. “Y cuando las rutas son más lentas, es todavía más dinero. Ahora imagínese si sí hubieran buenas carreteras”.

Todos estos problemas provocaron que la gremial saliera a protestar a las calles. El 7 de junio, cientos de transportistas bloquearon 20 de los 21 municipios de Quiché, exigiendo al Ministerio de Comunicaciones el envío de dos puentes.

“Hicimos paro durante veinte días y solo así trajeron unos puentes Baileys, que no los han puesto y ahí están tirados. Lastimosamente solo con presión social se logran las cosas”, dice el presidente de la gremial.

¿La presión social será necesaria también en los próximos años? Los pobladores aseguran que sí, pero la decisión final dependerá de las decisiones que los ocho diputados y 21 alcaldes electos tomen a partir de enero de 2024.

Esta investigación forma parte del proyecto “Cuadrante Electoral”, -en el que participan Agencia Ocote, ConCriterio, Factor 4, Ojoconmipisto y Quorum; bajo la coordinación de Laboratorio de Medios-, centrado en las elecciones legislativas de Guatemala, 2023.

Te informamos rapidito
y sin spam

Total
0
Acciones
Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicaciones relacionadas
Leé más

Alta Verapaz: La poderosa diputada que ascendió en la tierra que condena a las mujeres

Quizá no es la diputada más visible que ha pisado el Congreso de Guatemala: no llegó a ser presidenta, ni jefa de una bancada. Pero sí que sacudió el tablero político cuando tenía buena parte del poder en el partido que, según las encuestas, ganaría la presidencia en 2023. El camino para ascender al poder comenzó en Alta Verapaz, una tierra donde, paradójicamente, las mujeres suelen estar en el extremo opuesto al poder.