La ley que aprobó el Congreso el 8 de marzo, es una amenaza directa a los derechos a la vida, a la igualdad, a una vida libre de violencia, a la salud, a la salud sexual y reproductiva, a la educación sexual integral, a la no discriminación, y a la intimidad personal.
Esto es grave. Aquí existe una estrategia autoritaria que puede llevar a la muerte y a la cárcel a muchas personas, si no se comprende la gravedad de los “errores” que contiene.
A continuación explico por qué.
- Violación de la libertad de expresión y la libertad de culto
La división de Estado e Iglesia nació en 1837. Esto permite que los Estados puedan proteger a sus ciudadanos sin importar si son católicos, evangélicos, mormones, etc.
La Corte de Constitucionalidad explica que cuando hablamos de laicidad del Estado se refiere a que no puede haber intervención entre las autoridades eclesiásticas y las autoridades gubernamentales. Esto aplica en las dos vías.
En los considerandos de la 5272 se obvia este principio básico para la democracia. Al meterse con la fe de las personas, también se mete en aspectos de la vida personal de cómo vive cada quien su fe:
- Puede ser que una persona no necesariamente esté de acuerdo con políticas de la iglesia a la que asiste, pero al tocar ese terreno, el Estado se mete a regular ese tipo de aspectos.
La 5272 también se contradice a sí misma pues pretende disfrazar de “libertad de expresión” a la “libertad de educar a los hijos respecto a su sexualidad”. Sin embargo en el siguiente artículo impone definiciones arbitrarias y antojadizas para mantener el control sobre las personas.
Por ejemplo, la ley dice que los padres, y en su caso los tutores, tienen siempre el derecho preferente de escoger el tipo de educación que habrá de proporcionarse a sus hijos o pupilos, de acuerdo con sus propias convicciones morales y religiosas. Sin embargo, el mismo texto dice que cualquier actitud o conducta que no es heterosexual es “incompatible con los aspectos biológicos y genéticos del ser humano”.
- En pocas palabras: Podés educar a tu hijo como quieras, pero eso sí, si no es heterosexual, entonces es anormal.
2. Se meten a legislar sobre educación sexual
Durante la exposición de motivos no explicaron cómo pretenden proteger a la familia exactamente.
En el artículo 15 se habla sobre el derecho que tienen los padres a decidir sobre la clase de educación que deben tener los hijos. Sí es cierto que los padres tienen ese derecho, pero este derecho topa absolutamente con el interés superior del niño.
- Es decir: El hecho de que sean tus hijos no significa que tenés derecho a engañarlos o negarles el derecho a una educación amplia y libre de prejuicios.
Al principio le otorga a padres y madres la libertad absoluta de decidir sobre el tipo de formación que deben recibir los hijos, pero prohíbe que “promueva distintas prácticas distintas de las heterosexuales”.
- En otras palabras: Podés decidir qué educación darles siempre y cuando no les digas que está mal juzgar a las personas que deciden vivir una sexualidad distinta.
Al mismo tiempo se atribuye una definición “natural” sobre la heterosexualidad pero nunca explica en qué criterios se sustenta esa definición.
Prácticamente pretenden eliminar por medio de un decreto a la comunidad LGBTQ+ y por ende a los niños que puedan pertenecer a la misma. Esto viola nuevamente la Convención sobre derechos del Niño, puesto que la misma establece en su artículo 2 que ningún niño puede ser discriminado por ningún motivo.
Solo en octubre del 2018 se registraron 28,500 nacimientos de madres entre los 10 y los 17 años, según el Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva. Si se deja la salud sexual y la educación sexual en las manos absolutas de los padres claramente este tipo de estadísticas van a mantenerse y elevarse.