¿Por qué hay tantos ataques contra la prensa independiente? Se trata de un pulso entre la prensa independiente, por un lado, y los poderes del Estado y grupos fácticos, por otro. Sin embargo, es injusto llamarlo pulso porque los poderosos tienen mucha más fuerza y vigor que la prensa. Lo que pasa es que los periodistas queremos contar lo que está pasando en Guatemala y los otros quieren callarnos porque no les conviene que se les conozca y que se sepa quienes son y qué hacen.
¿Cómo surge este conflicto? Vivimos teóricamente en una democracia, pero la verdad es que el sistema se convirtió en una elección de presidente-ladrón y éste clepto-dictador co-gobierna con las mafias militares, financistas de campaña y con los carteles del narcotráfico y del crimen organizado.
¿Cuándo cree que se agravó esta situación? A diferencia de las grandes dictaduras del siglo XX, de Ubico o Estrada Cabrera, ahora sabemos que el dictador de turno dura solo cuatro años, pero en ese tiempo rompe con la independencia de poderes, co-gobierna con criminales y quiere callar a la oposición y la prensa. Eso es una dictadura.
Alrededor del año 2000 se enraizó este sistema, que funciona como una narco-clepto-dictadura, aunque desde la época del conflicto armado ya los criminales se adueñaron de aduanas, puertos y aeropuertos. Es decir, desde entonces controlan las puertas de entrada y salida, y por eso se enriquecen del contrabando convencional, narcotráfico, trata de personas y muchos otros crímenes.
Lo que pasó hace 20 años es que esos grupos criminales entendieron que había que hacer una alianza clara con la persona que gobierna, y que es electa por la población.
¿Hay algún actor que pueda denunciar y detener esa situación? En el país casi no hay instituciones de contrapeso, de balance institucional, que permitan que la ciudadanía pueda fiscalizar a las autoridades e instituciones. Eso es lo que debería existir en una democracia real.
Entonces, ¿qué pasa? la prensa independiente, como es Quorum, elPeriódico o los medios comunitarios y emergentes, somos pequeños contrapoderes para denunciar y evidenciar a los criminales. Nosotros, los periodistas, estamos atentos al botín de más de 100 mil millones de quetzales que es el presupuesto y otro montón de recursos del Estado que los grupos poderosos quieren controlar.
Y al mismo tiempo eso implica que el Estado no atienda las necesidades de la población, y eso se refleja en la pobreza, desnutrición, falta de escuelas y salud, por ejemplo.
¿Qué precio paga la prensa por esto?De todo tipo. Desde secuestros y asesinatos, hasta boicots comerciales –el 90% de ingresos de elPeriódico han sido de empresas medianas–.
La otra estrategia ha sido descalificarnos, desacreditarnos y calumniarnos. Dos exmilitares, Jacobo Salán Sánchez y Napoléon Rojas, me pusieron decenas de denuncias penales. Y al final, me desgastaron, pero demostré mi inocencia.
Ahora, con las redes sociales, hay muchas agresiones e intimidaciones hacia periodistas, pero antes también era Ángel González, que tiene un monopolio de la televisión y el oligopolio de la radio. Eso también lo usaban para destruir a los periodistas, críticos, disidentes, activistas y operadores de derechos humanos.
En mi caso me han tocado varias cosas en las últimas décadas. Me han disparado, volaron mi carro y me han secuestrado. Eso también afectó a mis hijos y mi esposa, así como a algunas personas que colaboraban con nosotros. Tuvieron que salir al exilio.
¿Qué está pasando ahora? Hay algunas denuncias viejas que no tienen fundamento, pero que el Ministerio Público está volviendo a abrir.
Hay una denuncia que tiene que ver con un contrato entre elPeriódico y el IGSS. A pesar de que una auditoría dice que en ese caso no hay ningún hallazgo de anomalías, el Ministerio Público insiste en abrirlo.
Esa denuncia empezó con Juan de Dios Rodríguez, exdirector del IGSS y allegado a Otto Pérez Molina, que tiene muchos señalamientos de corrupción. Y claro, muchos de esos señalamientos se hicieron desde elPeriódico.
Sé que este caso lo querían usar para embargar mis cuentas y las del medio, además de órdenes de allanamiento, arraigo y captura. Por supuesto que se frustró ese plan porque nos enteramos y lo hicimos público anticipadamente.
¿Qué pasaría en Guatemala sin prensa independiente? La prensa cumple un papel de investigación, fiscalización y denuncia que muchas veces no hacen la Policía Nacional Civil, el Ministerio Público, la Contraloría y otras instituciones.
Si desaparece la prensa independiente, las personas no tendrían información verídica, solo se escucharán las voces de los poderosos y lo poco que queda del Estado desaparece. Creo que en ese caso, los netcenteros serían quienes informen a la ciudadanía. ¿Se imagina eso?