Eduardo Masaya hoy es más conocido por ser el candidato a prosecretario con Unidad x la Justicia (Planilla 10) para la Junta Directiva en el CANG. Hasta los guardias del centro de detención donde guarda prisión preventiva lo identifican así.
“Viene con el que capturaron que iba para el Colegio”, dijo uno de ellos al avisar que tenía una visita más. El libro de visitas tiene las firmas de diputados y diputadas del Movimiento Semilla, colegas de la Planilla 10, familiares y amigos cercanos.
El kilómetro que hay que caminar antes de llegar al área donde guarda prisión se siente más corto al repasar mentalmente los datos públicos del candidato: un joven de 32 años, que aunque tenga un título de abogado y notario, se ha dedicado durante los últimos ocho años a hacer política con el Movimiento Semilla.
En 2017, con ayuda de Román Castellanos, se unió al entonces comité pro formación de partido político. Integraba el consejo legal y asistía a las reuniones de la Junta Directiva. Para 2019, con el partido inscrito, tomó un rol más protagónico como candidato a diputado del distrito metropolitano.
No llegó al Congreso como diputado, pero sí como asistente del diputado Román Castellanos en 2020; y como asesor del diputado Diego Toledo –también de Semilla– en 2024.
“¡Masaya!” grita otro de los guardias, mientras otros dos proceden a escoltarlo hacia un espacio poco usual para una entrevista: una mesa pequeña de plástico verde aqua, algo gastada y rota, rodeada de dos sillas plásticas blancas que perfectamente podrían reemplazar las de la portada del último álbum de Bad Bunny. Encima, una malla que apenas calmaba el calor intenso del mediodía. Para esta conversación no lo acompaña nada más que un termo con un sticker de Star Wars.
¿Cuál era su perspectiva sobre el Derecho cuando aspiraba a estudiarlo y cómo observa ahora al gremio de abogados y su papel en Guatemala?
El Derecho siempre fue mi opción principal de carrera. Elegí la USAC (Universidad de San Carlos de Guatemala), tomando en cuenta mi historia familiar. Mi papá (Rolando Masaya) estudió letras y formó parte de la Asociación de Estudiantes de Humanidades.
A la universidad entré con muchas ganas de hacer política, pero era muy difícil hacer política universitaria en la San Carlos cuando veía cómo se movían las elecciones para decanaturas. Prácticamente era de apoyar a un candidato a cambio de conseguir espacios de poder en la facultad, o en el caso de un estudiante, a cambio de favores para graduarte más rápido. En ese momento, también la AEU (Asociación de Estudiantes Universitarios) estaba cooptada. No era un espacio para nada sano. Por eso, mis cinco años de universidad (2010-2014) los transcurrí como un estudiante más. Pero sí me decepcionaba que la universidad fuera así. Ya graduado me acerqué a los estudiantes que buscaban recuperar la AEU para ayudarlos en temas legales.
Ahora pienso que el gremio de abogados es un gremio que se mueve por ‘conectes’. Muchas veces la decisión de los profesionales de a quién van a apoyar responde a dónde ellos tienen una persona que los pueda posicionar en un puesto laboral.
El ring de la política gremial normalmente toma forma de un salón gigante. Cada dos años, los abogados –además de politólogos, internacionalistas, criminólogos y otros profesionales de ciencias afines– son convocados para votar allí por una nueva Junta Directiva y Tribunal de Honor.
Ambos cuerpos cobran relevancia a nivel nacional por su incidencia directa en la elección de Fiscal General. En 2026, los presidentes de la Junta Directiva y Tribunal de Honor del CANG tendrán dos asientos con voz y voto en la comisión que depurará la lista final de perfiles que se enviará al Presidente Bernardo Arévalo para la elección de un nuevo jefe o jefa del Ministerio Público (MP).
La noche del 28 de enero de 2025, Unidad x la Justicia (Planilla 10) presentó oficialmente a sus miembros en el restaurante Nais de la zona 9. Al concluir el evento, agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) capturaron a Eduardo Masaya por órden del juez Fredy Orellana. El momento era clave. Tan solo faltaban 10 días para la primera vuelta de las elecciones en el CANG.

¿Cómo sucedió su captura? ¿Los policías estaban esperando a que saliera del evento de la Planilla 10?
Ellos estaban afuera esperándome. Alguien mencionó que al parecer había una persona infiltrada dentro del evento, escuchando y perfilando a las personas. No lo corroboré, pero es lo que me contaron.
Salí del evento a pie y no había caminado ni una cuadra cuando me llegaron por atrás y me pidieron que me identificara. Al principio pensé que me iban a asaltar. Vi que tenían trajes de policías y les dije que tenía derecho a que me asistiera mi abogado y llamé a los compañeros que estaban adentro. (Juan Francisco Solórzano) Foppa salió y cuando vio la orden de captura me dijo que me identificara, les di mi carné de abogado y entonces le dije si consideraba prudente grabar un video, él sacó su teléfono y comenzó a grabar.
En esos 56 segundos de video se observa a los policías colocándole las esposas a Masaya y llevándolo hacia la patrulla, mientras dice a la cámara: “Estoy siendo aprehendido en clara intimidación de los operadores de Consuelo Porras y Fredy Orellana. […] Las cosas van a cambiar aunque ustedes sigan siendo operadores de este régimen de corrupción e impunidad”.
La FECI señala a Masaya por el delito de falsedad ideológica en el caso “Corrupción Semilla”. Para la Fiscalía, el abogado habría cometido el supuesto delito en 2018 al asegurar que ocho hojas de afiliaciones –de cientos– que Semilla entregó al Tribunal Supremo Electoral (TSE) contenían la firma de la encargada de recoger las firmas de afiliaciones –Cinthya Rojas–, cuando en realidad no estaban firmadas.
Un día después de la captura de Masaya, el juez Fredy Orellana decidió enviarlo a prisión mientras el MP completa la investigación. Para Orellana, existía un riesgo de que Masaya huyera del país para evitar enfrentar el caso. La razón principal fue el video de la captura.
“Ese vídeo, en lugar de beneficiar al sindicado, lo perjudica, porque allí lo que podemos apreciar es que no hay intención de someterse de una manera honorable, caballerosa, racional a lo que es un proceso”, resolvió Fredy Orellana.
¿Qué piensa del razonamiento del juez sobre ese video?
El caso es tan absurdo que las justificaciones que él da para mandarme a prisión preventiva son igualmente absurdas.

Por ser una persona cercana al Movimiento Semilla y a Juan Francisco Solórzano Foppa, no le es ajena la criminalización a la que se puede estar sujeto, ¿le advirtieron que esa era una posibilidad al momento de postularse?
Yo lo pensé, para ser bien franco. Todos lo pensamos. Realmente no necesitaba una advertencia de alguien.
Pero también tenía presentes dos cosas. Primero, que tengo el deseo y derecho de participar. Por lo tanto, como ciudadano y abogado, lo puedo hacer. Segundo, el no participar es darle a ellos la razón de que el temor y el miedo es lo que te lleva a no tomar las decisiones políticas que quieres. Si por el temor de que te criminalicen, no participas, les estás dando la razón.
En la audiencia, el juez le ofreció aceptar los cargos por el delito que se le acusa. Al principio parecía que sí iba a aceptar esa opción, pero luego se retractó, ¿por qué?
Porque pensé que podía afectar a la planilla.
Según el análisis de la Planilla 10, la aceptación de cargos podría poner en duda la honorabilidad de un candidato –uno de los requisitos para participar– y, en consecuencia, ser descalificado al igual que su planilla.
¿Fue iniciativa suya querer aceptar cargos o fue de alguien más?
Sí fue idea mía. Lo vi como una oportunidad para que todo acabara en ese instante y poder regresar a mi casa, con mi familia y por eso lo consideré. Pero la consideración más importante para mí fue si eso podía afectar la participación de la planilla.
Además, los vi a ellos –Leonor Morales y Rafael Curruchiche, fiscales de la FECI- muy interesados en que aceptara cargos. No soy experto en lenguaje corporal, pero sí noté que querían que aceptara cargos. Obviamente era parte del plan para impedir la participación de la Planilla 10 y por eso decidí no aceptar. Al final fue la decisión correcta.
Si aceptaba cargos, también era posible que me inhabilitaran como abogado. No siempre es el caso, pero la experiencia con este juez apunta a que me habría inhabilitado de distintas formas.

¿Cuál es su perspectiva del sistema judicial y las cortes que tenemos siendo usted ahora una víctima de la criminalización?
Creo que el sistema judicial está en crisis. Estamos en un momento en el que las nuevas autoridades de la Corte Suprema de Justicia pueden definir hacia qué rumbo se van a orientar: si hacia el rumbo de la independencia judicial, de la objetividad o van a plegarse a la utilización de la justicia como mecanismo de represión y de instrumentalización política.
Hay operadores que tienen muy clara su definición de utilizar las judicaturas para fines políticos. Es una minoría la que está absolutamente definida en ese sentido, pero la mayoría, incluyendo a las máximas autoridades, están indecisas y tambaleantes sobre qué rumbo van a tomar. Lo que falta es que ellas se decidan sobre cuál rumbo tomarán.
¿Qué es lo que tendría que pasar para que se definan?
Tiene que salir Consuelo Porras. Ella es el elemento fundamental porque por ser Fiscal General, su única herramienta es la persecución. Ella y el grupo que la respalda se volvieron inquisidores donde o se hace lo que ellos quieren o se abre un proceso penal a quienes no se plieguen a sus intereses. Entonces, en buena parte las decisiones jurídicas que toman muchos operadores de justicia van en la línea de protegerse de Consuelo.
En este país es difícil ser optimista. Uno podría decir que nada va a cambiar, pero una vez Consuelo Porras deje el cargo puede ser que el sistema de justicia comience a tomar decisiones más objetivas y acertadas. Para la nueva Corte esa sería una nueva oportunidad.
Bernardo Arévalo asumió con el mandato popular de remover a la Fiscal General y hasta ahora su actuar parece estar limitado y quizás quedar en deuda. Como una persona cercana al Movimiento Semilla, y desde su situación actual, ¿cómo lo califica?
Bernardo ha sido lo más prudente que ha podido ser. Las decisiones las ha tomado sobre la base de que un movimiento en falso podría representar costos muy altos para el gobierno. Entonces, su estrategia, para mí, ha sido mantenerse dentro de los límites de la ley, el Estado de Derecho, el republicanismo, el sistema de pesos y contrapesos, las instituciones democráticas con tal de evitar más ataques a la misma institucionalidad.
Su posición es delicada y, por lo tanto, ha actuado con mucha prudencia. Él ve el 2026 como la oportunidad para cambiar a la fiscal general. No es la vía política más atractiva para una población que espera confrontación, pero es la vía más segura. De todos modos, no hay plazo que no llegue.
¿Cómo fue el proceso de conformación de la planilla 10?, ¿Quiénes lideran esta iniciativa?
Está formado por dos grupos que ya habían participado en otras elecciones en el CANG: Alternativa Independiente –relacionada con Alejandro Balsells, actualmente asesor de la Secretaría General de la Presidencia–; y Transparencia y Cambio, donde participó Juan Francisco Solórzano Foppa. Además, está un grupo de abogados de los pueblos indígenas y otra facción de abogados jóvenes que se involucraron recientemente en la política gremial –coordinados por el abogado Gregorio Saavedra–.
Unidad x la Justicia surgió de la necesidad de no competir separados y darle un canal unificado al voto disidente dentro del gremio.
¿Por qué cree que fue hasta ahora que un grupo de abogados logró una alianza suficientemente fuerte para hacerle frente a las viejas estructuras en el CANG y ganarles democráticamente?
La alianza empezó para las comisiones de postulación (de 2024) derivado de las lecciones que aprendimos como gremio en elecciones anteriores. Tomó un tiempo desde la última elección en el CANG y creo que por eso los grupos gremiales no habían logrado identificar quiénes eran los aliados y hacia quiénes había una afinidad. Pero al final a todos los movía esa necesidad de ganar.
Al final de la jornada del 7 de febrero ya era definitivo que las planillas 10 (Unidad x la Justicia) y 4 (Unidos por el Derecho-Plataforma de Profesionales) pasarían a la segunda vuelta. La primera obtuvo 5 mil 086 votos y la segunda, 3 mil 644.

¿Cómo reaccionó usted ante la noticia del triunfo de la planilla 10?
A pesar de que sabía que era muy probable que pasáramos a segunda vuelta, estaba muy inquieto hasta no conocer los resultados. Cuando me enteré sentí mucha emoción y también calma al darme cuenta de que las acciones del MP tuvieron un efecto contrario. Definitivamente la captura influyó en ello.
¿Qué representaría el triunfo de la planilla 10 en la segunda vuelta, tanto dentro del gremio de abogados como en los procesos de elección donde participa el CANG?
Para el gremio, se abriría una oportunidad para la dignificación profesional y la transparencia en los gastos del Colegio (que hasta ahora no son completamente públicos a pesar de que el CANG recibe financiamiento estatal).
También es una oportunidad para que, en la medida en que el gremio completo tenga voces alejadas de las estructuras tradicionales, será posible cambiar la forma en que la sociedad ve a los abogados.
Ganar representa una oportunidad para que a la Corte de Constitucionalidad, MP y TSE lleguen personas con una visión objetiva, imparcial, que busque sostener las bases del Estado de Derecho y frenar esa ola de confrontación e instrumentalización de la justicia para fines políticos.
Para mí ganar representa el fin de las judicializaciones mutuas. Como sociedad, ya hemos tenido suficientes lecciones sobre lo que conlleva la instrumentalización de la justicia. La utilización del derecho penal como arma ya llegó a un límite.
Además de que gane la planilla 10, ¿qué tendría que pasar para que vea hacia atrás y concluya que todo valió la pena?
Que comience a haber una renovación del CANG y que las personas que lleguen a los puestos donde tiene incidencia el Colegio sean personas probas, objetivas e imparciales.
Pero además, me gustaría ver hacia atrás y observar que se fortaleció la organización en el gremio y que haya nuevas personas que se involucren políticamente. Que haya una visión sobre cómo involucrarse genera cambios, desde algo tan simple como ir a votar. Habrá valido la pena si se marca este como un momento que muestre cuán importante es volverte un sujeto político. Valdrá la pena si existe más conciencia sobre lo que representa el gremio y las opciones que hay para hacer un cambio.
Independientemente de quien gane, ¿qué piensa del papel que tiene el CANG dentro del Estado? ¿Deben cambiarse las reglas del juego? ¿Le han hecho daño al gremio el papel en las comisiones de postulación?
Yo no le echaría la culpa solo al Colegio porque representa nada más una parte en las comisiones de postulación. Es un poco como la crítica que se le hace a las universidades que también tienen participación en estos procesos. Pero sí deben fortalecerse las capacidades para las cuales fue creado el CANG, es decir, como asociación gremial para la superación moral, científica y material de los agremiados.
Actualmente no se privilegia ni la meritocracia ni la carrera judicial como elementos centrales para la conformación de las altas cortes. El mecanismo de las comisiones de postulación está tan politizado que no nos garantiza cortes independientes. Hay que buscar mecanismos más confiables para que los jueces tengan mayor estabilidad en el cargo, por más tiempo y que sea privilegiada la carrera judicial.
El triunfo de la Planilla 10 todavía no es definitivo. Detrás de la planilla contrincante está uno de los operadores políticos más conocidos en Guatemala, Estuardo Gálvez. Su paso como decano de Derecho en la USAC (2000-2004) y posteriormente como rector (2006-2014) le permitió construir redes de abogados tan sólidas que hasta hoy permanecen vigentes.
La última vez que los agremiados del CANG eligieron a sus autoridades (2023), la planilla del exrector también llegó a segunda vuelta, pero perdió la Junta Directiva por 209 votos y el Tribunal de Honor por 659.

Al ser egresado de la USAC, también conoce a Estuardo Gálvez y su estructura que nace en la facultad de Derecho. ¿Cómo observa ahora a esta estructura como rival en el CANG?
Estuardo Gálvez, como político y como cualquier ser humano, tiene luces y sombras. Creo que es un contrincante que entiende muy bien cómo funcionan las estructuras dentro del CANG y está ocupando un espacio de poder que si no lo ocupa él, alguien más lo hará. Tiene mucha experiencia, pero también representa las prácticas tradicionales.
Pero, si él, al igual que otras planillas también representa esas prácticas tradicionales, ¿por qué su organización ha mantenido esa fuerza a lo largo de los años y el resto no?
Es justamente por el conocimiento y trayectoria que tiene como abogado, como rector y como operador. Conocer los pormenores de las estructuras de poder lo hace un centro de influencia importante. Es alguien que tiene nociones más afinadas de la política. Su planilla, por ejemplo, no es una que represente sólo los intereses de unas élites. Yo tengo la esperanza de que quiera reivindicar su papel en el gremio y como sancarlista.
Tengo que decirlo, y es que de todos los rivales que podrían haber llegado, él es el más interesante, pero le vamos a ganar.
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Lo que está por venir
Al igual que en las elecciones anteriores del Colegio, el triunfo dependerá de la asistencia de los votantes y las alianzas con las planillas perdedoras.
Actualmente, hay poco más de 38 mil agremiados habilitados para votar, pero en la primera vuelta solo participó la mitad (19 mil). Si de por sí la asistencia tiende a ser menor al 50% en las elecciones del Colegio, para este 2025 la fecha y el lugar tampoco son favorables.
La elección se realizará el viernes 14 de febrero en el Club de Oficiales de la zona 13. El día reúne la celebración del Día del cariño, el pago de la quincena y un concierto, además del tráfico usual en la Ciudad de Guatemala.
Las alianzas entre planillas tampoco están del todo claras. Ambas planillas tuvieron un margen de apenas una semana para procurar retener los votos fieles, persuadir a los abstinentes y negociar el apoyo de las bases de las planillas derrotadas.
Lo único certero es que la gran perdedora de esta elección fue la estructura del MP. Aún con la inscripción de dos fiscales en la Planilla 1 (Avanza-Coalición Gremial) y el respaldo público del secretario general del MP, Ángel Pineda, y del jefe de la FECI Rafael Curruchiche, la planilla quedó en el cuarto lugar y lejos de poder influir desde el CANG en la elección del próximo sucesor de Consuelo Porras.
Edición: Gabriel Woltke
Jeanelly Vásquez, le dejo una inquietud, a ud que le gusta investigar, explicar; ¿podría explicar cómo logran crear las estructuras de poder esos personajes como el rey del tenis, el exrector galvez, etc? Y, ¿por qué y en qué se basa tanta fidelidad de esos profesionales que los apoyan?