¿El boom de apartamentos dejará sin agua a las y los vecinos?

La ciudad de Guatemala experimenta un boom en la construcción de edificios de apartamentos, sin embargo las y los vecinos temen que esas nuevas construcciones agraven la falta de agua en sus zonas.
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“Es completamente inoperante”, dice Marco Moscoso con obvia decepción. Es residente de la vecindad Ciudad Nueva, en la zona 2 de la capital. Desde 2019 él y otras vecinas y vecinos han luchado para mejorar el abastecimiento de agua potable. Su objetivo es que la Empresa Municipal de Agua (Empagua) mejore el servicio por el que pagan mensualmente. Hasta el momento no han obtenido resultados.

En enero de 2023, la Alcaldía Auxiliar informó al Comité Único de Barrio que el servicio de agua en la colonia se limitaría a un horario de 11 de la noche a 7 de la mañana, tres días por semana. 

El aviso causó indignación. Por años las y los vecinos vieron como nuevos edificios con pozos privados aparecían a su alrededor mientras en sus casas el agua se racionaba. 

Por eso más de 60 personas firmaron una carta dirigida a Empagua para exigir que se les ampliaran los horarios. De no haber respuesta volverían a protestar en las calles, como lo hicieron en 2020 cuando el problema del agua empeoró.

@quorumgt

#Empagua y #MuniGuate se lavan las manos las 24 horas, mientras Ciudad Nueva solo tiene agua tres noches por semana. 😳 @Pia Flores te lo cuenta. El #AguaEsParaTodxs 🚿

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El negocio millonario de las licencias de construcción

En Ciudad Nueva la construcción más reciente tendrá 19 niveles con 129 apartamentos y pozo propio. Es uno de por lo menos cuatro edificios que fueron construídos en los últimos años y que generan preocupación entre las familias.

“Yo sí me atrevería a decir que el problema del agua empeoró por los nuevos edificios, si no ¿por qué nos están quitando el agua tanto tiempo?”, cuestiona una vecina de Ciudad Nueva que prefiere resguardar su identidad.

Desde hace tres años esta ama de casa y su familia tienen que bañarse a guacalazos porque el agua ya no llega a la ducha que está en el segundo nivel. Igual que muchas otras familias, invirtieron en comprar un tinaco para poder juntar agua aunque el flujo es tan poco que no se llena.

“De balde la lavadora de ropa”, lamenta.

Su inquietud sobre las nuevas construcciones se repite en casi toda la Ciudad de Guatemala. En febrero desde Quorum hicimos una encuesta sobre la situación del agua en la región metropolitana. 435 personas respondieron y sus comentarios reflejan una preocupación generalizada de que la acelerada construcción esté impactando en su acceso al agua.

“Existen al menos seis proyectos de construcción de edificios de apartamentos en la zona, además de otros diez que ya han sido construidos”, nos comentó otra vecina afectada por la escasez de agua pero en la zona 15 de la Ciudad de Guatemala. En esa zona la Municipalidad de Guatemala otorgó 71 licencias de construcción para proyectos multifamiliares entre 2016 y 2022.

En toda la ciudad hay una exploción inmobiliaria. En los últimos siete años, 7756 proyectos de construcción de diferentes tipos fueron autorizados por la Municipalidad en las 22 zonas de la capital:

En la última década el boom inmobiliario de construcciones verticales se ha desarrollado al mismo tiempo que el desabastecimiento de agua en el país empeora. Por eso es que a las y los vecinos el tema les preocupa.

¿Por qué, si es que no hay agua, la Municipalidad sigue autorizando construcciones nuevas antes de asegurar que Empagua resuelva el problema del abastecimiento de agua?

Aunque la Municipalidad no tiene una respuesta oficial, lo cierto es que las licencias de construcción les aseguran ingresos millonarios. Entre 2016 y 2020 ingresaron a las arcas de la Municipalidad más de Q528,5 millones por otorgar licencias de construcción. A esta cifra hay que sumarle otros rubros como:

  • Q17,9 millones en pagos por prórroga de licencias 
  • Q19 millones por evaluación de impacto vial
  • Q7,5 millones en multas de licencia de construcción en 2019, 2020 y 2021
El alcalde Ricardo Quiñónez supervisa una planta de Empagua. Foto: MuniGuate

¿De dónde toman agua los pozos privados?

“Al menos en mi área, recuerdo que el agua empezó a escasear hace algunos años luego de que empezaron unas construcciones”, señala un vecino de la zona 6 que también depende del servicio de Empagua.

Según Marco Morales, ingeniero experto en la gestión y planificación del agua, las y los vecinos no se equivocan en su sospecha. 

Aunque muchos de los edificios de apartamentos y proyectos residenciales se abastecen con pozos propios estos sí están afectando a la red municipal de distribución de agua potable por pertenecer a la misma zona hidrográfica. 

“Los pozos están dentro de un gran sistema de distribución y aprovechamiento que no puede verse como algo independiente. Están interconectados subterráneamente, así que aquel que tenga un pozo propio que no crea que no afecta el resto del manto freático regional. Por supuesto que afecta”, explica.

Es decir, la gran cantidad de licencias para edificios y pozos nuevos de la Municipalidad, a largo plazo sí puede impactar a las mismas fuentes de agua de la red de Empagua.

De hecho, según el mapa elaborado por el Instituto de Investigación en Ciencias Naturales y Tecnología de la Universidad Rafael Landívar, toda la red primaria de distribución de Empagua se encuentra en la zona con menor disponibilidad hídrica por persona en el país. 

El mapa muestra que en el área donde se ubica toda la red de Empagua hay menos de 500 metros cúbicos de agua para cada persona por año. Es mucha menos agua que la necesaria para llenar una piscina olímpica.


¿Cómo decide la Muni para quién sí hay agua?

“Ha venido personal de la Municipalidad. Dicen que hay un problema de tuberías y que el problema del agua es a nivel mundial, pero es mentira. ¿Por qué en zonas como 9 y 10 siempre tienen agua potable? Hay mucha desigualdad social”, comparte un vecino de la zona 18 que solamente recibe agua esporádicamente y por pocas horas. Para cubrir sus necesidades tiene que aprovechar el agua del río o la lluvia, y a veces compra de las pipas.

Si bien es cierto que a nivel global y local existe una escasez de agua, esta no es una justificación clara sobre la distribución del recurso en el Municipio de Guatemala por parte de Empagua, ni la falta de iniciativas y soluciones para asegurar una distribución equitativa.

Gran parte del problema para investigar y fiscalizar la administración del agua en la ciudad de Guatemala es que no hay información. No existe un inventario de pozos, una regulación alrededor del consumo de agua o un estudio sobre el impacto que la perforación de pozos para los edificios genera en las fuentes de agua. 

El ingeniero hídrico Marcos Morales señala que la falta de inversión en datos y estudios técnicos por parte de la Municipalidad no le permite a las autoridades administrar mejor el recurso y tomar decisiones fundamentadas. Entre estas, el racionamiento del agua. 

Desde Quorum intentamos contactar al subgerente de servicio al cliente de Empagua, Carlos Flores Herrera para obtener respuestas sobre el racionamiento, pero nunca contestó. También solicitamos una justificación técnica de los criterios que utiliza Empagua para decidir dónde y cuándo racionar el agua, además de mapas y listados que especifiquen los horarios. La Municipalidad no cumplió con su obligación de entregar esta información que debería ser pública.

Para Gabriela Guzman, analista con especialización en ingeniería del agua, el problema en la ciudad tiene que ver con la falta de planificación histórica y actual por parte de las autoridades.

“Si en 1970 ya sabían que 35% de los vecinos del municipio de Guatemala no tenían acceso a agua potable, pues lógicamente existe una falta de visión y planificación municipal”, explica.  

La analista considera que no se puede negar que existe una diferenciación en la priorización de la obra pública que explica por qué en algunas de las zonas más pobladas, como la 18, aún padecen el acceso al agua.

Frente a la casa de Caterín, sus hijos acarrean tierra para rellenar un hoyo que las fuertes lluvias de los días anteriores crearon en el suelo de su hogar. Foto: Simone Dalmasso.

¿Empagua o la Muni? ¿Quién se responsabiliza por el agua?

La Municipalidad es la responsable legalmente tanto de administrar el agua como de autorizar nuevas licencias de construcción. Sin embargo, frecuentemente esquiva su responsabilidad en el problema.

Si se les pregunta por problemas de agua la Municipalidad argumenta que es competencia exclusiva de Empagua, aunque esta solo sea una de sus dependencias.

A su vez, Empagua se excusa asegurando que, al ser una dependencia, no puede incidir en la autorización o no, de nuevas construcciones. Su otra excusa es que no tiene suficientes fondos para solucionar los problemas de agua porque sus recursos provienen en su mayoría únicamente del pago que hacen las y los vecinos por el servicio.

Por ejemplo, en marzo pasado la gerente general de Empagua, Crista Foncea, afirmó que la tarifa no alcanza para brindar agua las 24 horas.

Si bien los recursos son limitados, Empagua no invierte lo suficiente en mejorar la infraestructura. En 2022 tuvieron ingresos por Q566 millones que provenían en su mayoría del pago que las y los vecinos hacen por el servicio. Sin embargo solo Q14 millones se invirtieron en las plantas de tratamiento o en la compra de equipo.

Pese a la supuesta separación entre Empagua y la Municipalidad de Guatemala, lo cierto es que son una sola institución y están evadiendo el problema.

Para Jorge Santos, coordinador de Udefegua, las autoridades se han aprovechado de “este mecanismo donde pareciera no haber un responsable para que el problema quede en la incertidumbre”. Agrega que la Municipalidad no puede evadir su responsabilidad.

Una familia aprovecha a llenar sus toneles con el agua que le compran a una empresa privada. Foto: Simone Dalmasso.

¿Indiferencia o estrategia?

En la vida diaria de los hogares con servicio irregular del agua los impactos son palpables e implican gastos adicionales, aún más para familias que ya viven en condiciones económicas precarias.

Desde invertir fondos en la instalación de cisternas o de tinacos para guardar agua, hasta acudir a comprar agua de pipas, llenar toneles, agarrar agua pura del garrafón o comprar bolsitas de agua. O incluso, acudir a recoger agua de ríos o a captar la lluvia. Además muchas familias compran toallas húmedas para poder cuidar la salud y la higiene personal, y usan platos y cubiertos desechables porque no tienen agua para lavar trastos. Ambos elementos a largo plazo representan también un impacto ambiental negativo.

Varias personas a quienes Empagua limitó el agua a un horario reducido y nocturno, comentaron en la encuesta de Quorum, que existe también un impacto psicológico por pasar días sin acceso al líquido o por el desvelo que implica levantarse en la noche o la madrugada para comenzar a llenar diferentes depósitos de agua antes del corte.

En Ciudad Nueva, zona 2, además se han visto otros impactos: la resignación y el desgaste colectivo. Marco Moscoso asegura que ante la problemática del agua, algunas familias han vendido sus casas. 

Desde el Comité Único de Barrio no solo han luchado por impedir que el servicio de Empagua empeore, sino también por cerrar la colonia debido a una serie de asaltos, por instalar túmulos para evitar las carreras clandestinas que han documentado en la calle principal de la vecindad e incluso cosas mínimas como arreglos de banquetas y asfalto. Sin embargo los únicos trabajos de mejoramiento realizados, fueron alrededor de los nuevos edificios, indica Moscoso.

“La Muni y Empagua no han tomado en cuenta ninguna solicitud que hemos enviado. Ni siquiera contestan”, concluye.

Empagua nunca respondió la carta de febrero ni cumplió con los horarios de servicio que propuso. La “no respuesta” de la institución parece ser una estrategia efectiva. Poco a poco las y los vecinos se resignaron y la organización se desmanteló.

Marcos Moscoso, por ejemplo, tomó la decisión de renunciar al Comité Único de Barrio. 

Los representantes del comité estaban dispuestos a organizar otra marcha pacífica como la de 2020 para que Empagua hiciera caso a los reclamos de la colonia y tenían la expectativa que la vecindad nuevamente se uniría por el bien común. 

“Se aprovechan que los vecinos pelean entre sí. Me extraña que no haya apoyo de la gente, si es vital para todos tener agua. Ya no sé qué vamos a hacer”, comenta Marco Moscoso frustrado.

Su mayor preocupación ahora es que las familias decidan irse y el barrio termine en manos de otra constructora.

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1 comment
  1. Excelente periodismo sigan asi .!!
    Poco a poco vamos a desparasitar este pais de los
    Corruptos .. nuestro enojo va creciendo dia a dia y no tarda en estallar.!!

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