Los Centros de Salud que Giammattei dejó a medias en Ixcán

La empresa que construyó un puente que duró solo cinco días, aún no termina un centro de salud en una de las aldeas más necesitadas de Guatemala. Lleva casi un año de retraso. Mientras esperan, la comunidad se hace cargo de pagar los recibos de un centro de salud improvisado. Pero ese no es el único puesto de salud a medias.
Centro de Salud de Cuarto Pueblo. Foto Ministerio de Salud

Cuarto Pueblo es una de las aldeas más remotas de toda Guatemala. Está a 400 kilómetros de la ciudad capital, a 9 horas de distancia. La comunidad está en Ixcán, Quiché, en la frontera con México

La habitan unas 375 familias, que en total suman casi 2 mil personas. En su mayoría subsisten de la agricultura para su propio consumo. Antes producían cardamomo pero desde hace tres años sus cultivos no han sobrevivido a los intensos calores.

En Cuarto Pueblo la regla es la carencia. El olvido. No hay instituto público, la mayor presencia del Estado es un centro de salud en ruinas. Se construyó en los años noventa, tuvo algunos médicos en los años dos mil y ahora apenas tiene enfermeros. 

Ese centro de salud abandonado es uno de los 10 que el gobierno de Alejandro Giammattei prometió que reconstruirían en Ixcán. Otros 9 serían totalmente nuevos. Era parte del plan para luchar contra la desnutrición en la zona. Se trata del programa “Crecer Sano” y para ejecutarlo Guatemala recibió un préstamo de US$100 millones de dólares de parte del Banco Mundial.

De esos 19 puestos de salud que el gobierno de Giammattei prometió sólo 3 están funcionando y 16 siguen sin finalizarse hasta hoy.  Entre ellos, el más atrasado, es el de Cuarto Pueblo.

La obra empezó en abril de 2023, debió haber estado listo en agosto de ese año con paredes, techo, espacios y equipo nuevo. Ya pasaron 11 meses desde esa primera fecha de entrega y hasta hoy no ha sido terminado. 

La empresa que construye puentes que duran 5 días

Giammattei prometió que la lucha contra la desnutrición sería su prioridad pero nunca lo fue. Algunas de las acciones del programa Crecer Sano terminaron respondiendo más a intereses electorales que a las necesidades reales. Así lo evidenciamos en este reportaje: Los Ecofiltros que no llegaron a la niñez en mayor riesgo de desnutrición.

Con los centros de salud fue similar. Los pobladores de Cuarto Pueblo y de otras aldeas de Ixcán invitaron a funcionarios del gobierno de Giammattei a reuniones para presionar a las constructoras y que entregaran las obras. Sin embargo, los funcionarios ignoraron las demandas. 

Todas las obras pendientes tienen la misma razón de los atrasos. Las empresas no fueron capaces de cumplir ni con el tiempo que ofrecieron originalmente ni con las prórrogas que recibieron de parte del gobierno. 

La empresa a cargo del puesto de salud de Cuarto Pueblo es Constructora Archila. Es una de tantas empresas constructoras que despegó económicamente en los últimos 8 años. 

  • En total han recibido Q418 millones de fondos públicos. Solo en construcciones y remodelaciones de puestos de salud, que han sido financiados con Crecer Sano, la empresa recibió un contrato por Q8.9 millones. 
  • La Constructora Archila, propiedad de Henry Eduardo Archila Sánchez, ha sido señalada de construir obras de poca calidad. Una de estas fue un puente que costó Q9 millones y se destruyó en cinco días. 

A inicios de este año, en medio del cambio de gobierno, la Constructora Archila abandonó el puesto de salud de Cuarto Pueblo, según los informes del Ministerio de Salud. En estos reportes incluso se describe que, después de darles la prórroga, el personal de la empresa ni siquiera llegaba a trabajar en el lugar. 

Eso cambió hasta que las autoridades del nuevo gobierno les anunciaron que anularían el contrato y que buscarían penalizarla por incumplir el contrato. El trabajo se reanudó, pero sigue sin finalizar. 

El contrato obtenido por la Constructora Archila estableció la remodelación de 11 puestos de salud en Quiché, Alta Verapaz y Huehuetenango. Dos de esos en Ixcán. La empresa ya recibió la mayoría del dinero acordado. De Q8.9 millones, el Ministerio de Salud ya desembolsó Q6.3 millones, es decir el 70%.  

Proyección de cómo deberían quedar los Centros de Salud.

Organizarse para no morir

El centro de salud de Cuarto Pueblo, en ruinas y ahora a media remodelación, tiene su propia historia. Le fue entregado a la comunidad en 1994, como parte del resarcimiento que el Estado entregó a las familias que tuvieron que huir a México en medio del Conflicto Armado Interno.

Todo Ixcán sufrió mucho durante la guerra. En 1982, el Ejército en Cuarto Pueblo cometió una masacre en la que murieron unas 400 personas, incluidas mujeres, ancianos y niños. 

La entrega del centro de salud debía ser el comienzo de una etapa diferente en la que el Estado por fin volvería a ver a las comunidades más lejanas del país. Sin embargo Ixcán y Cuarto Pueblo regresaron al olvido. 

Cuando el año pasado se aprobó la remodelación de ese puesto de salud, la comunidad tuvo que buscar un espacio para que los cuatro enfermeros que están designados en la aldea pudieran seguir atendiendo a las familias. Para ello decidieron ceder la pequeña oficina de su cooperativa de crianza de ganado.

Hoy los cuatro enfermeros designados en la aldea atienden en las oficinas de esta cooperativa. Josué Miguel Batrés, el alcalde auxiliar, explica que el lugar es inadecuado para atender a las personas porque no es espacioso y tiene poca altura. Eso hace que el calor intenso de la zona sea sofocante para el personal y para los pacientes, la mayoría niñas y niños, que llegan enfermos. Ni siquiera cuentan con ventiladores. Así han tenido que estar desde hace un año y dos meses. 

La comunidad, dice Batrés, estuvo de acuerdo con pagar las facturas de energía eléctrica que implicaba el uso de esta oficina, que comúnmente permanecía sin ocupar. Eso imaginando que la obra se entregaría en cuatro meses, tal como decía el contrato. 

“Las facturas son de Q500 y hasta Q700”, dice Batres sobre los gastos que han tenido que asumir por más de un año. Para una comunidad sin mayores fuentes de trabajo y con apenas recursos para alimentarse, costear los gastos del centro de salud es una odisea.

A pesar de ello la comunidad ha sabido salir adelante. No es la primera vez que se organizan para sobrevivir. En la aldea tienen un ahorro, hecho con aportaciones de las familias, que sirve cada vez que algún vecino necesita ser trasladado en vehículo por alguna emergencia médica. El Centro de Atención Permanente (CAP) está a 40 o 45 minutos en carro. Aunque ese tiempo puede extenderse en casos graves. 

Un ejemplo. Si una mujer de Cuarto Pueblo tuviera una complicación en el embarazo que no puede ser atendida en Ixcán, deben trasladarla hasta Cobán, Alta Verapaz. Eso supone 5 a 6 horas de viaje. 

Antes de ese ahorro comunitario y antes de que mejoraran las carreteras de terracería, a las personas les tocaba armar sus propias camillas, a veces usaban hamacas, para llevar a los enfermos a pie y por turnos hasta el servicio de salud más cercano. Tardaban más de dos horas en lograrlo. “Ahora ya podemos sacar a las personas en carro desde acá, pero en otras aldeas todavía les toca ir a pie”, dice el alcalde auxiliar de Cuarto Pueblo. 

A paso lento

Para Ixcán tener servicios públicos y sobre todo de salud ha sido una historia frustrante. Han estado acostumbrados a ver que las obras se quedan a medias. 

Un ejemplo de esto ocurrió en 2014. La gente de Ixcán tuvo la esperanza de tener por primera vez un hospital en todo el municipio. El gobierno de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti empezó a construirlo, pero nunca se finalizó. Hoy solo hay ruinas y monte. La empresa a cargo nunca lo terminó. Detrás hubo sobornos para diputados. 

Jorge Ajtún, del Equipo Técnico del Área de Salud de Ixcán, cree que lo único que evitó que esa historia se repitiera, fue que en estos puestos de salud no solo el gobierno está involucrado sino también el Banco Mundial. Eso implica supervisiones más exhaustivas que hacen que las empresas tengan menos posibilidades de incumplir con los contratos.

“Pensaron que podrían hacer un acuerdo bajo la mesa, maquillar de alguna manera las obras y luego decir vámonos, pero acá incluso hubo empresas supervisoras que los hicieron botar las obras para rehacerlas”, explica Ajtún. 

El cambio de gobierno también implicó un cambió en las dinámicas del programa. José Luis Lux, concejal de la Municipalidad de Ixcán por el Movimiento Semilla,  asegura que  los representantes de Crecer Sano del Ministerio de Salud, han empezado a atender las convocatorias de los vecinos y las obras han avanzando con más constancia. 

Coincide en ello Manuel Ba Choc, representante del Consejo Comunitario de Desarrollo (COCODE) de la aldea El Prado, una comunidad en la que se está construyendo un puesto de salud. 

Hasta mayo el puesto apenas llevaba un 55% de avance y las paredes ni siquiera estaban finalizadas. Este espacio atendería no solo a su comunidad, sino a cinco más, que en total suman unas 3 mil personas. “Hasta hoy empezaron a ser constantes las visitas del gobierno y hasta hoy es que se empezó a avanzar con los puestos de salud”, afirma Ba. 

Jorge Ajtún, representante del Ministerio de Salud en Ixcán, también pone de ejemplo a Cuarto Pueblo. A inicios de año, dice, la obra prácticamente estaba abandonada, con apenas un 45% de avance. Pero la semana pasada que visitó la aldea la remodelación ya había avanzado un 80%.  

En las próximas semanas sabremos si finalmente Cuarto Pueblo, después de casi un año de retraso, tendrá listo el puesto de salud que ha parecido imposible. Por ahora, al menos, el gobierno ya se comprometió a costear el gasto en energía eléctrica.

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