Radios vs Músicos: la batalla por el pago de regalías

El futuro de la pequeña industria musical de Guatemala está en peligro. Una parte de sus ingresos depende de las regalías que pagan las radios pero estas iniciaron una batalla legal que ahora está en manos de la Corte de Constitucionalidad.
Francisco Paez durante una protesta en 2019 cuando la Cámara de Comercio también intentó suspender el pago de regalías. Foto: elPeriódico.

La música es a las radios como la carne a las hamburguesas. Si te gustan las hamburguesas irás a donde sabés que ofrecen el mejor tipo de carne (o un buen sustituto para los veganos).

Lo mismo pasa con las radios. Quien acude a una emisora en específico es por la música que suena ahí, ya sea pop, rock, reguetón o marimba.

Así comienza a explicar el músico Juan Carlos García, el problema que tiene al gremio músical en medio de una batalla legal contra las cadenas de radio. 

Resulta que, aunque la música como la carne, es la materia prima de las radios; estas ya no quieren pagarle regalías a las y los músicos. Para lograrlo, fueron a tocar la puerta de la Corte de Constitucionalidad (CC).

Las radios ya no quieren pagar

La industria musical está representada por tres sociedades de gestión colectiva. Aginpro representa a productores, Musicartes a las y los intérpretes y AEI, a las y los compositores.

Estas asociaciones recibían regalías por derechos de autor que luego eran distribuídas entre sus integrantes. 

Juan Carlos García, director de la Asociación Guatemalteca de Productores (Aginpro), explica que hasta hace 2 años las radios pagaban $27 (Q209) mensuales por cada frecuencia en la que transmitían música. 

Sin embargo la Cámara de Radiodifusión interpuso en mayo una inconstitucionalidad en contra de la Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos. 

  • Esta cámara está conformada por las principales cadenas que hay en el país: Emisoras Unidas, AlbaVisión, Nuevo Mundo, Central de Radios y Alius.
  • La cámara argumenta que el cobro de aranceles por la música es inconstitucional porque viola la libertad de comercio.
  • Alegan que éstas sociedades están censurándolos al fijar una remuneración a cambio de utilizar la música de artistas nacionales e internacionales. 
  • La propuesta de la cámara es que los pagos de las regalías sean de mutuo acuerdo, aunque Aginpro explica que desde hace dos años ya existía un convenio con las regalías más bajas de la región.

Con esto, la CC suspendió de forma temporal el artículo 123 y 125 que permite a distintos grupos de la industria musical cobrar derechos de autor y emitir licencias para comercios, radios y eventos que utilicen música para fines comerciales.

Tanto Aginpro como Musicartes han pedido adherirse como partes interesadas al proceso, pero la CC los ha rechazado.

¿A quienes afecta la suspensión?

El dinero recaudado por Aginpro se reparte entre las productoras afiliadas. Entre ellas están Universal, Sony y Warner (dueños del 90% de la música que suena en todo el mundo) pero también otras productoras locales y más pequeñas para las que esos fondos son vitales.

Aunque lo que pueda recaudar Guatemala en cuestión de derechos puede ser una cantidad mínima para estas poderosas productoras, García explica que sí afecta a otras productoras locales y sobre todo a las y los artistas nacionales que reciben sus regalías a través de Musicartes.

Pablo León, músico y productor que ha grabado con Ricardo Andrade y los Últimos Adictos, o La Gran Calabaza, dice que recibe regalías como ejecutante de instrumentos, como intérprete y como productor. Para artistas como Pablo es más fácil cobrar sus regalías a través de una sociedad de gestión colectiva que de forma individual. 

“Yo recibo un promedio de $3 mil anuales. Las regalías que recibí en el 2020 por la música que sonó en 2019 me ayudó a pagar el colegio de mi hija y eso me cayó de perlas porque fue el primer año de la pandemia”, dice Pablo.

Otro músico es Pedro Boche, un cantautor que hace seis años lanzó su primer disco. 

Al ser un artista nuevo, sabe que las regalías que pueda ganar inscribiéndose a asociaciones como Musicartes no serán muchas pero le apuesta a su futuro.

“Creerán que a mi no me afecta, pero veo la foto completa: nos están quitando derechos que tenemos los artistas y que fueron ganados hace 100 años. Quiero pensar que el beneficio mayor es garantizarnos una especie de indemnización cuando seamos viejos si logramos que Musicartes se fortalezca”, explica.

Karen Culajay, directora de Musicartes, explica que el cobro de las regalías no beneficia únicamente al artista que suena en radio sino a todos los asociados. Estos fondos también se utilizan para financiar talleres o los Premios Estela que promueven la escena cultural local. 

“La música es un bien privado de quien la crea y al no querer pagar los derechos no se está respetando al artista”, responde Culajay de forma preocupante.

Aunque son las radios las que no quieren pagar por la música que ponen, si los magistrados resuelven de forma permanente esta inconstitucionalidad, esto podría abrir la puerta para que los restaurantes, bares y demás comercios también dejen de pagar regalías por la música que ponen.

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