Una joven practica el juego de pelota maya en la cancha de San Martín Jilotepeque.

Las I’x K’at quieren vencer a los señores de Xibalbá

Una joven maestra decidió romper prejuicios y formar el primer equipo femenino de pelota maya. Sin apoyo del gobierno, la práctica del deporte se convirtió en una forma de empoderamiento y de rescatar la herencia milenaria de la comunidad.
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“Lanzaron la pelota los señores de Xibalbá, salió a su encuentro Xbalamke, la pelota fue a dar directamente a su cinturón donde la hizo rebotar, enviándola de una vez fuera del campo de juego, en uno, dos rebotes llegó al tomatal... Enseguida el chilacayote fue apuntado por Xbalamke, el chilacayote se partió al caer en el campo de juego. Y así fueron vencidos los señores de Xibalbá por parte de Junajpu e Xbalamke”.  Popol Wuj, Sam Colop

Cada miércoles un grupo de mujeres jóvenes empacan agua, zapatos cómodos y su faja. Luego recorren un largo camino de callejones angostos y gradas para llegar a la cancha pública que está en la cima del cerro El Reformador, en San Martín Jilotepeque, Chimaltenango.

Ellas forman parte del primer equipo guatemalteco de pelota maya, conformado únicamente por mujeres. El equipo se llama I’x K’at (Mujer tejedora o mujer con corazón de fuego en idioma español) y es fruto de la iniciativa de una joven maestra, Francisca Elías.

Francisca es una de esas maestras inquietas que siempre está pensando qué más hacer más allá de las aulas y el pensum de estudios. Tiene 35 años y su principal interés es poder rescatar los conocimientos ancestrales.

¿Cómo vencer a los señores de Xibalbá?

Una chispa se encendió en el aula de la escuela Nim Na’oj, la primera vez que las y los estudiantes escucharon a Francisca narrar el relato del Popol Wuj, sobre la forma en que los gemelos Junajpu e Xbalamke vencieron a los señores de Xibalbá a través del juego de pelota maya.

Las y los estudiantes querían saber más sobre ese deporte pero la información no era mucha. Francisca empezó a investigar en libros, a conversar con guías espirituales y comadronas hasta que encontró a un atleta maya que aceptó impartir un curso en la escuela.

No quiso que aquello terminara en la actividad de un día y trabajó para convertirlo en un programa que fuera parte de la clase de educación física.

Fundamentó su propuesta en la educación bilingüe intercultural, una herramienta pedagógica que no solo promueve el aprender un idioma maya, sino aprender sobre su cultura, ciencia, filosofía y espiritualidad. 

Del deporte maya se tienen registros desde el periódo del Clásico Maya, antes de la llegada de los europeos. 

El juego de pelota maya consiste en lanzar la pelota de hule de 3, 6 o 8 libras con las caderas o con los antebrazos. Los jugadores buscan introducir la pelota en los aros que normalmente están colgados en el centro del área de juego. 

Los equipos están conformados por dos personas, aunque las reglas del juego pueden cambiar en cada campeonato. En Guatemala los equipos siempre habían sido masculinos porque hasta hace unos años se le consideraba un deporte muy extremo y por lo tanto no apto para mujeres.

Esta idea fue cambiada por el equipo de mujeres kaqchikeles I’x K’at. 

Nosotras también podemos

Iniciar no fue fácil sobre todo porque también requiere invertir en implementos, así que Francisca decidió organizar una rifa y con eso consiguieron los fondos para comprar pelotas de hule, y las fajas tejidas y de cuero, que funcionan como protectores de cadera. 

La invitación al primer torneo de pelota maya llegó a Francisca en 2018. Preparó a sus alumnas para asistir pero al momento de la inscripción se sorprendió al ver que todos los equipos eran solo de hombres. 

Por precaución decidió consultar a una guía espiritual y a una comadrona sobre si las mujeres podían jugar. La creencia, hasta ese momento, era que los golpes con la cadera podrían dañar la matriz de las jugadoras.

La comadrona fue clara en su respuesta: todas las mujeres podemos hacer lo mismo que los hombres, y manejar nuestras fuerzas. Lo único que tenemos que hacer es comer bien y estar bien fajadas.

Esto le confirmó a Francisca y sus alumnas que su objetivo también era acabar con prejuicios y estereotipos. 

Hasta ahora solo se han enfrentado a equipos masculinos. En el último torneo en que estuvieron ganaron un cuarto lugar. Francisca sabe que el verdadero triunfo está más allá de cualquier marcador. 

Para ella lo importante es que el deporte les ha permitido a sus alumnas empoderarse y defender espacios que les han sido negados históricamente.

Actualmente hay jugadoras de pelota maya en México y Belice. En Panamá y Colombia están iniciando las primeras mujeres. Su sueño es participar en un torneo internacional.

En 2019, cuando Francisca abrió la escuela de pelota maya, llegó a tener más de 50 niños, niñas y adolescentes. Pero un año después, por la pandemia, la municipalidad local les prohibió usar el gimnasio municipal y nunca más les volvieron a abrir las puertas.

Actualmente siguen trabajando sin el apoyo del Ministerio de Cultura y Deportes o de alguna otra institución. Todo es autogestionado. 

Las jóvenes mujeres sueñan con lograr participar en un torneo internacional y que los buenos resultados ayuden a que el deporte sea federado.

El equipo de mujeres kaqchikeles I’x K’at. 
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